Una mujer china ha sido acusada de fraude luego de que saliera a la luz una situación por completo insólita: estaba contratada por 16 empresas al mismo tiempo, pero en realidad nunca se presentó a trabajar en ninguna de ellas.
La mujer, mencionada bajo el seudónimo de Guan Yue, era parte de un plan masivo de fraude laboral que involucró sumas cercanas a millones de dólares, según informó el periódico estatal chino Xinmin.
De acuerdo con el citado medio, Guan llevaba un registro de todas sus contrataciones y utilizaba una simple pero eficaz estrategia: cada vez que la entrevistaban para un nuevo trabajo, tomaba fotografías del encuentro. Luego utilizaba esas fotos en los empleos que ya tenía, haciéndolas pasar por imágenes de reuniones que supuestamente mantenía con clientes.
Cuando recibía más ofertas de trabajo de las que podía manejar, le pasaba el puesto a un cómplice y se llevaba una comisión por ello.
Junto con su marido, que también formaba parte del plan, Guan abrió varias cuentas bancarias para guardar sus pingües ingresos, ganancias que le permitieron comprar un costoso apartamento en la ciudad de Shanghái.
El plan, que involucraba a cientos de empresas, se desmoronó en enero después de que un director ejecutivo de una empresa, al que el reporte menciona bajo el seudónimo de Liu Jian, fue puesto sobre aviso de lo que pasaba debido a un error en la banda de falsificadores de trabajos: uno de sus exempleados publicó información que revelaba que, en la época en la que trabaja para él, también lo hacía para otra firma.
Liu había contratado un equipo de ventas de ocho personas que inicialmente parecía impresionante, pero que después de su período de prueba de tres meses no había mostrado ningún progreso real.
Los despidió, pero poco después, el líder del grupo, cuyo seudónimo era Yang Hong, compartió accidentalmente una imagen en un canal de trabajo, publicación que mostraba que también había trabajado en otro lugar, mientras era su empleado. Llamó a la policía y comenzó entonces una vasta pesquisa que culminó con 53 arrestos.
La crónica agrega que esa modalidad de fraude laboral se convirtió en un dolor de cabeza en China, donde se estima que entre 700 y 800 grupos se dedican a esa operativa. De acuerdo con el periódico chino, se trata de verdaderos “expertos en ser contratados”, ya que se preparan para “convertirse en entrevistados irreprochables” que alardean con currículos tan inmaculados como falsos.
Cuando los empleadores los descubren, por lo general prefieren no embarcarse en complejas denuncias penales y solventan el asunto mediante arbitrajes laborales, instancias en las que los estafadores han aprendido a manejarse como verdaderos expertos.