Contenido creado por Lorena Zeballos
Entrevistas

Realidad aumentada

Charlamos con la actriz Gabriela Iribarren: “Me siento muy comprometida con vencer las barreras desde el arte”

La actriz reestrena la obra “De algún tiempo a esta parte” en la Sala Hugo Balzo del Sodre. Charlamos de la obra y de su nutrida carrera teatral.

05.03.2017 09:00

Lectura: 5'

2017-03-05T09:00:00-03:00
Compartir en

Con decenas de obras a su espalda, Gabriela Iribarren es una todoterreno: actúa, dirige, es docente y, por encima de todo, se compromete con la lucha de los que menos se ven.

En esa línea de abogar por los derechos de los demás, aceptó este reto teatral con texto de Max Aub, enmarcado en la Segunda Guerra Mundial. ¿Cómo seguir adelante cuando te sacan todo?

*

Contame cómo surge la idea de representar De algún tiempo a esta parte.

El texto lo toma el teatro Alianza, com dirección de Mariana Wainstein. Es un proyecto que en realidad fue regalo de Ana Rosa, que es una gran actriz a quien quiero y admiro muchísimo, y este era un proyecto que ella tenía y que por diferentes motivos no pudo concretar y estaba encantada de que yo lo pudiera hacer.

¿Qué te atrajo de este papel?

Varias cosas. Principalmente hablar de este tema que es el nazismo, que siempre me inquietó por la magnitud de una expresión de odio tan brutal. Y por otra parte porque me encantaron las circunstancias que atravesaba el personaje que me tocó interpretar: una mujer de origen judío, convertida al catolicismo por segunda generación, de la burguesía... Y cuando sucede la anexión de Austria a la Alemania nazi pasa a ser "el otro", el "enemigo". Porque a los judíos los contaban hasta la quinta generación. Ahí la despojan de su casa, sus bienes. Al esposo lo matan los nazis. El hijo, que desempeñaba un rol diplomático en la embajada de Austria en Barcelona, muere a manos de la República cuando Austria se convierte al nazismo. Entonces esta gran contradicción pone a mi personaje en una situación de crisis total y la posibilidad de vivir el aquí y el ahora en su piel fue muy atractivo.

A pesar de que es un texto que tiene varias décadas, ¿Sentís que hay paralelismo con nuestra generación?

Me gusta que el personaje es una mujer muy valiente, capaz de enfrentarse a sí misma, a sus propias creencias, a sus propias certezas, a su propio proceso de vida en pleno conflicto.

Cuando la obra me vino a mis manos yo vi este proceso que se está dando a nivel mundial del resurgimiento del nazismo y creo que es algo muy vigente. Más allá de que la obra está en su contexto histórico, es un factor humano como el odio hacia el otro y me parece que hablar de eso desde el arte es muy nutritivo. Poder reflexionar y ponerse en ese lugar.

¿Qué te conmueve del personaje?

Me conmueve mucho el hecho de que el personaje no habla de la estructura política sino de sus vecinos, sus amigos... Habla de haberse sentido austríaca toda la vida, su marido habiendo luchado en la I Guerra Mundial y de pronto ella no puede asimilar la posición en la que está, haber llegado en un proceso que no vio venir. Y la mirada sobre la calle, lo que está pasando en ese presente, es muy impactante.

¿Qué te enseñó?

Me llevó a preguntarme "¿Qué es nuestra vida si nos quitan los recuerdos, la familia, las posesiones?". Aprendí a que uno debe de estar muy atento a la realidad. Nosotros los artistas a veces pensamos al revés, pero yo creo que tenemos que estar siempre en foco a la realidad. En este caso ella es una persona que estaba ajena a su realidad y la sorprende. Por ahí si estamos conscientes de lo que nos pasa podemos hacer cosa para prevenir los problemas. Uno ve de alguna manera cómo las cosas son parte de un proceso.

¿Te sentís identificada?

Me siento muy comprometida con la causa de las llamadas minorías, en este caso los judíos. Me siento en armonía con vencer esas barreras, abogar por una sociedad más igualitaria y justa. Y como mujer y militante de los derechos humanos me satisface poder hablar de esto desde el lugar del arte.

Con decenas de obras representadas, también has dirigido, sos docente... ¿Cómo ves al teatro uruguayo?

Creo que tenemos un gran teatro, tenemos una tradición teatral por el cúmulo de creadores y creadoras enorme, con un valor increíble. Pero también veo que es un valor invisibilizado. Ya sea por lo caótico de las expresiones no hay por parte de otros agentes como el Estado, los gestores culturales y los medios de comunicación una posibilidad de visibilización para llegar a un mayor público. No hay un programa para buscar el público objetivo para cada propuesta artística, creo que ahí hay una ruptura. Falta ordenar la oferta, que es enorme. Somos un arte que no está confinado a un público elitista, sino popular.

¿Qué te impulsa a no bajar los brazos y seguir apostando al teatro nacional, a pesar de las dificultades?

Tengo que decir que soy una privilegiada de poder haber dedicado mi vida a esto y me siento responsable de luchar por las generaciones que vienen. Porque el arte es la expresión humana por excelencia y uno es un eslabón más en esa cadena interminable. Es una necesidad social. Y porque tengo una gran convicción y una gran vocación. Este un trabajo con un rol social y no pierdo el sentido de lo que es actuar; como por ejemplo hablar de temas como el de esta obra, empática y reveladora, que puede aportar a una transformación del otro.

 

 

*De algún tiempo a esta parte va del 9 al 12 de marzo, a las 21 horas, en la Sala Hugo Balzo del Sodre.

Montevideo Portal | Lorena Zeballos
[email protected]