Hace más de una década, en plena implosión del nü metal en el mainstream musical, Carajo se presentó por primera vez en Uruguay para mostrar las canciones del que sería su disco homónimo, editado en el 2002.

Desde entonces, el estilo de la banda (siempre afincado en el metal) ha ido cambiando, pero logró sumar cada vez más adeptos a esa comunidad fiel de entusiastas de Carajo en nuestro país.

Este 17 de noviembre, Carajo regresa al país para presentar el que probablemente sea su trabajo más redondo hasta la fecha. El power trío de metal estará en La Trastienda (Fernández Crespo 1763) revelando cómo logró destilar la rabia en forma elegante en "El mar de las almas" (2011).

Para Marcelo "Corvata" Corvalán, vocalista y bajista de la banda (que recuerda con cariño especial sus conciertos en Uruguay y su público, que "a cada concierto "se vuelve más fanático y apasionado"), se trata del disco que consolidó al grupo como banda, "desde la composición, hasta el sonido y el mensaje". "Es uno de los discos más logrados que hicimos, no sé si el mejor, porque es difícil competir entre tus propios discos, pero creo que ha sido el más logrado y el más contundente", dijo "Corvata" a Montevideo Portal. Para el cantante, el disco llega en una etapa de madurez, luego de cumplidos los primeros diez años y tras cumplir una serie de metas como tocar en el Luna Park o ser nominados a los Premios Grammy latinos.

Según los integrantes de Carajo, "El mar de las almas" es el resumen de todo lo que intentaron lograr en su carrera. "Es la mezcla perfecta de todo lo anterior que hizo la banda", reconoce "Corvata", para quien sin embargo "es complejo mirar al futuro" para definir nuevos horizontes musicales, ahora que supuestamente grabaron el disco que siempre quisieron hacer. "Nos gusta sorprender disco a disco, así que estamos muy concentrados en encontrar nuevas formas de componer y tocar para el próximo álbum, pero a la vez claro que es divertido superarse como músicos y encontrar nuevos estilos como banda", reconoce.

Fábrica de sonidos

El proceso compositivo de Carajo funciona al principio casi como un sistema fordista, con cada integrante dedicándose un área específica. Luego, el trabajo pasa a ser cooperativo.

"Tery (Hernán Langer, guitarrista) trae unos riffs y las ideas base para arrancar, y junto con Andi (Vilanova, baterista) vamos poniéndole la base y tratando de encontrar el fuerte de la canción, ya sea pesada o melodiosa y tranquila, o a veces más rockera", explica Corvalán. Después los integrantes se dedican a las voces, empezando a trabajar las melodías. "Al final yo me encargo de las letras y después todos juntos terminamos de trabajar las canciones junto a nuestro productor Ale Vázquez, con una idea más de concepto de álbum, o sea, empezamos a agruparlas y a dar forma a lo que sería el disco", aclara el cantante. La elección de las canciones es democrática y va filtrando los temas que quedan, "balanceando el contenido en cuanto a lo musical y al mensaje que queremos mostrar".

Esta forma de trabajo perdura desde el comienzo de la banda y es parte de una "terapia" de grupo que logró que los integrantes sigan trabajando juntos desde hace más de una década. ¿La clave?: "Ser honestos con nosotros mismos, entre nosotros y con el público, no hacer nada forzado, tomarnos el tiempo necesario para cada cosa importante y crear las bases sólidas de cada proyecto para que perdure", responde "Corvata". "Tenemos una visión futurista, siempre estamos pensando en hacer algo que perdure en el tiempo: si bien vivimos el hoy y nos basamos en el presente, no perdemos de vista el futuro. Yo en lo personal creo que sin amor y dedicación no se puede hacer nada que perdure", dijo.

El futuro es ahora

Una novedad del último trabajo discográfico de Carajo fue la interacción con el público, que participó del proceso de composición y grabación a través de Internet. La banda publicó en Youtube una serie de filmaciones bajo el rótulo "Videogarage", en las que se podía verlos ensayando, registrando algunas tomas o discutiendo sobre la composición de las canciones.

Con las nuevas posibilidades que brinda Internet, ¿vale la pena seguir editando discos en formato físico? "Para mi siempre va a valer la pena", replica Corvalán, "a menos que la industria elimine el formato y encuentre una fuerte alternativa virtual".

"De todas maneras, creo que siempre va a haber un formato físico, ya sea una computadora o sea lo que sea que te permita llevar las canciones a todos lados, porque parte del rock se basa en el ritual de compartir esa música en un espacio físico", reflexiona.

Para una banda fuertemente anclada en las influencias de la década del '90 (una década "inspiradora y revolucionaria", según aclara) el futuro de la industria musical siempre abre una interrogante, sobre todo ante la falta de referentes cercanos. "Yo sigo esperando que pase algo", concluye "Corvata".