Las dos mujeres, que cobraron notoriedad el mes pasado, fueron acusadas por un grupo de adolescentes que comían en el restaurante..

Las dos mujeres, que cobraron notoriedad el mes pasado, fueron acusadas por un grupo de adolescentes que comían en el restaurante.

A principios de julio, dos mujeres brasileñas de 64 y 31 años se convirtieron en un fenómeno viral por una circunstancia curiosa: llevaban meses viviendo en un local de la cadena McDonald’s de la ciudad de Río de Janeiro.

Desalojadas de hoteles y viviendas, Bruna Moratori y su madre, Susane Paula Muratori Geremia, aseguraron estar a la espera de una oportunidad para alquilar un apartamento, y rechazaron la posibilidad de ir a un refugio y las ayudas de vecinos.

Cada noche, al cierre del local, las mujeres duermen con sus maletas en la puerta del local situado en la calle Ataulfo de Paiva, en el cotizado barrio carioca de Leblon. Por la mañana, apenas el restaurante abre, entran de nuevo, consumen alimentos y pasan todo el día. Su prolongada presencia es tolerada por el personal, y la policía dice que no hay denuncias contra ellas y que su conducta no constituye delito. La curiosa situación comenzó en abril y continúa hasta el presente.

Cuando su caso se hizo viral, la sexagenaria se mostró sorprendida por la atención mediática e hizo un comentario que amerita reflexión: “Si se tratara de personas de piel oscura, con poca ropa, con poco equipaje, no habría despertado la misma curiosidad”, dijo.

De hecho, el caso fue bautizado popularmente como el de “las rubias del McDonald’s”, a pesar de que ninguna de ellas tiene ese tono de pelo. Cierto es que las dos mujeres no encajan en el “perfil del indigente” que —prejuicio mediante— solemos construir.

En cuanto a su medio de subsistencia, contaron que reciben dinero del padre de la joven y exesposo de la madre, quien reside en Inglaterra. El caso cobró notoriedad en los medios brasileños, y Bruna Moratori fue entrevistada en varios de ellos.

Este viernes, “las rubias del McDonald’s” volvieron a ser noticia: ambas fueron arrestadas luego de que un grupo de cinco chicas adolescentes las denunciara por racismo. Según informara el portal noticioso G1, la joven fue liberada poco después, pero su madre quedó detenida.

Según agentes del programa policial Leblon Presente, testigos dijeron que las ofensas comenzaron a última hora de la tarde de este viernes, luego de que las menores tomaran fotografías de Bruna y Susane. Esta situación se había vuelto bastante común luego de la viralización de la situación de las dos mujeres.

El caso quedó registrado en la comisaría donde todos los involucrados fueron llevados. En el lugar, las jóvenes y algunos de los padres contaron su versión de lo sucedido.

“Siempre sufrimos una forma u otra de racismo, pero normalmente lo aceptamos, lo guardamos en nuestros bolsillos y vivimos. Pero ahora fue muy directo. Llamó a mi hija ‘negra repugnante’, ‘negra pobre’”, dijo la madre de una de las denunciantes. La mujer dijo a TV Globo que se enteró por teléfono de la confusión que estaba ocurriendo en el McDonald’s de Leblon y corrió a ayudar a su hija.

“Salí corriendo de donde estaba, fui al lugar y ella siguió insultando a mi hija, refiriéndose a ella como ‘esa negra de ahí’. Le dije: ‘Ella no es solo negra, es muy negra. Es mi hija y si quieres decir algo de ella tienes que hablar conmigo’. Fue entonces cuando llegó la policía”, contó.

La mujer, llamada Bruna, al igual que una de las “rubias”, agradeció a las personas que presenciaron la agresión contra su hija. Según ella, los negros y los habitantes de las favelas no tienen credibilidad en estos momentos.

“Gracias a Dios hubo un testigo. Como es adolescente, tiene poca voz, y menos si es de la periferia y mujer. Así que tenemos poca credibilidad, pero gracias a Dios hubo testigos”, expresó.

En cuanto a las adolescentes, dijeron que estaban disfrutando de un día de playa, y antes de regresar a sus casas decidieron pasar por McDonald’s a comer algo.

Luego de comprar alimentos y recogerlos en el mostrador, las chicas subieron al segundo piso del establecimiento, donde ya se encontraban las “rubias” que allí viven.

Según una de las jóvenes, las dos “habitantes de la cafetería” se molestaron porque ellas se reían, y además comenzaron a filmarlas sin su permiso

“Ella vino a nosotros y dijo: ‘abre la boca ahora, mocosa. Se acercó a mi amiga y le dijo ‘negra’ y ‘negra repugnante’. Luego nos llamó ‘putitas’”, contó una de las denunciantes.

El taxista Rafael Tavares, padre de una de las menores, también corrió hacia la comisaría cuando supo lo que sucedía. En declaraciones al citado medio reconoció que se disgustó cuando vio que su hija y sus amigas estaban en un patrullero. Sin embargo, aclaró que los policías fueron correctos y amables en todo momento, y agradeció que no dejaran a las menores expuestas en un lugar público a las agresiones de personas adultas.

Bruna Medina, cocinera de profesión y madre de otra de las adolescentes, se mostró indignada y aseguró que hará todo lo que esté a su alcance para que las “rubias” sean castigadas. “Voy a hacer todo lo posible para que no vuelva a suceder. Ellas responderán, y quien acoja también, porque están allí con el consentimiento de alguien. Es un snack bar, el acceso es gratuito, pero resulta que las chicas no pueden hablar en voz alta porque les molesta en su casa. ¡Pero no es su casa! Mi hija no va a comer a la casa de esas mujeres, mi hija va a merendar con sus amigas a un establecimiento y lo paga”, dijo al citado medio.

El caso fue registrado en la comisaría de Leblon, donde fueron llevadas Bruna Muratori y Susane Muratori, junto con las maletas donde guardan sus pertenencias, bultos que mantienen siempre junto a ellas en el restaurante.

De acuerdo con el reporte policial, el roce comenzó cuando las dos mujeres notaron que estaban siendo fotografiadas o filmadas.

“Testigos informaron que una adolescente y su madre ingresaron al lugar a comprar un refrigerio y presuntamente tomaron fotografías de dos mujeres, quienes residen en el establecimiento desde abril de 2024. Las mujeres se habrían enojado por la situación y proferido insultos racistas. Se llamó al equipo de seguridad y todos los involucrados fueron llevados a la comisaria’, se lee en el parte.

Tras el incidente, McDonad’s dijo al citado medio que, tan pronto como sea notificada, colaborará con las autoridades. La empresa también subraya que mantiene iniciativas que fomentan la diversidad.

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