En su nueva columna, el entrenador canino Andrés Peirano -cuya cautivante historia podés conocer aquí- instruye acerca de lo que no puede faltar en el kit de primeros auxilios para nuestras mascotas.
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Útil tanto para perros como para gatos, el botiquín de primeros auxilios debe acompañarnos allí a donde vayamos con nuestro compañero de cuatro patas. Debido a que nunca sabemos cuando ocurrirá un accidente o incidente, debemos tener a mano nuestro botiquín ya sea en casa, en el parque o si nos vamos de vacaciones.
Es muy fácil equiparnos con lo necesario para cumplir con lo requerido; simplemente debemos tener en cuenta algunos factores en los que debemos pensar.
¿Qué tengo que poner en mi botiquín? Mi botiquín debe incluir aquellos elementos que sean útiles para cumplir con su objetivo; que no es otro que el de atender, en una primera instancia, las heridas.
No somos veterinarios, por lo que no debemos intentar tratar nada a largo plazo. Simplemente brindaremos una asistencia inmediata, hasta llegar al veterinario o aguardar a que llegue la emergencia. Siendo esto lo que define el límite del alcance de nuestras actuaciones, y en consecuencia, a la lógica de los elementos que debemos incluir.
El primer paso a dar, es limpiar la herida; esto lo realizaremos con suero fisiológico, que podemos adquirir en cualquier farmacia.
Lo aplicaremos con una jeringa, por lo que debemos tener una; con la aguja puesta podemos extraer el suero fácilmente, y la retiraremos de la jeringa para aplicar el suero sobre la herida, con presión y precisión.
Luego de limpiar bien la herida la desinfectaremos con iodofón, la jeringa también nos será útil para la aplicación sobre la herida.
No debemos utilizar algodón, ya que va a tender a adherirse a la herida y contaminarla; debemos usar gasas estériles. No contaminarán la herida y serán mucho más fáciles de retirar.
Para sostenerlas sobre la herida utilizaremos una venda cohesiva. Este tipo de venda está hecha con un tipo de material, que solo se adhiere sobre sí mismo; esto evitará tirones a la hora de retirarla. Además es elástica, lo que nos permitirá ajustarla lo suficiente, pero no demasiado.
Pero como nuestro compañero de cuatro patas se va a mover inevitablemente; evitaremos que se deslice, sujetándola con leuco en los bordes.
Para evitar que el leuco le tire del pelo al retirarlo, lo mojaremos con alcohol. No lo aplicaremos sobre la herida, el alcohol lo utilizaremos para desinfectarnos las manos antes y después de pasada la situación, y para retirar el leuco nada más.
Con el objetivo de evitar tirones es que también incluiremos unas tijeras de punta redondeada; con ellas podemos cortar fácilmente tanto la venda cohesiva como el leuco. La punta redondeada nos evitará generar nuevas heridas por accidente, ya sea por un movimiento inesperado y brusco, como por un descuido.
Para terminar debemos incluir un termómetro para conocer la temperatura de nuestro compañero de cuatro patas; esta debe ser, tanto para gatos como para perros, de entre 38 a 38,9 grados Celsius. Fiebre se considera 39 grados Celsius o más.
Brindar la información de forma completa y clara al veterinario será de gran ayuda, tanto cuando logremos llegar a este o la emergencia llegue a nosotros, en caso de que no podamos trasladarlo. De cualquier forma nuestra principal prioridad debe ser el brindarle atención veterinaria lo antes posible; tanto para asegurarnos de que es simplemente una herida leve, como para atender aquellas más graves.
Andrés Peirano
apeiranok9h@gmail.com
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