El hecho ocurrió el pasado 21 de mayo en un zoo de la ciudad de Varsovia.
Tal como se aprecia en las imágenes, una vez que el hombre ingresa en el recinto del oso, este al principio duda, pero luego se aproxima al intruso, quien a su vez reacciona arrojándose al agua.
Tras unos instantes de vacilación, el plantígrado se lanza también a la pileta, donde el hombre lo sujeta por el cuello al mejor estilo lucha libre. Finalmente, y tras ser soltado por el humano, el oso pone agua de por medio y se aleja nadando.
Según informara el medio local Radio Poznan, el animal es de avanzada edad y fue rescatado de un circo. Acostumbrado a la interacción con humanos, es posible que no haya tenido intención de atacar al invasor de su espacio. De hecho, la policía constató que el ebrio sólo presentaba unos rasguños, lesiones para nada consistentes con las que puede producir un oso en un ataque decidido.
Desde el zoo reportaron que el veterano huésped de sus instalaciones fue afectado negativamente por el incidente, presentando síntomas de estrés.
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