Contenido creado por Martín Otheguy
Cultura

Dulce y melancólico

Belle and Sebastian en Montevideo

El próximo 19 de octubre Montevideo recibirá una visita musical ilustre en un nuevo ciclo de Primavera 0: los escoceses Belle & Sebastian.

02.06.2015 10:55

Lectura: 5'

2015-06-02T10:55:00-03:00
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Por Martín Otheguy

Los rumores se confirmaron, para felicidad de la legión uruguaya de fanáticos fieles de esta banda escocesa, una fábrica de melodías hermosas y canciones llenas de sensibilidad.

Esta mañana se confirmó que los Belle & Sebastian se presentarán en La Trastienda el 19 de octubre, como parte del clásico ciclo Primavera 0. Las entradas anticipadas se ponen a la venta el 15 de junio. Los restantes artistas que integran la grilla aún no fueron confirmados.

Parados en una sensibilidad que a muchos puede resultarles chocante, casi al borde de la impostación, los Belle and Sebastian son esa clase de grupos entrañables que forman parte de la banda sonora de las vidas de quienes tuvieron la suerte de escucharlos al crecer.

Más allá de lo estrictamente musical y de las perlitas de pop quebradizo que emocionan a muchos aunque empalaguen a otros (recordar la discusión entre el "duro" Barry y el "sensible" Dick en la versión fílmica de "Alta fidelidad" cuando suena "el nuevo de Belle and Sebastian") los escoceses saben cómo introducirse en el paisaje sonoro de tu vida a través de los personajes desajustados de sus canciones y la simpleza perfecta de sus melodías.

Sus discos están repletos de cuentos hilados en la rutina cotidiana, de personajes solitarios, de minúsculas victorias y derrotas cotidianas, de pequeños hallazgos en la urdimbre repetitiva de los días y, sobre todo, de historias de amor y desamor. Los antihéroes urbanos de las canciones de Belle and Sebastian son trabajadores aburridos de cuello blanco, jóvenes de sexualidad ambigua, perdedores fascinantes y singulares, introspectivos, desajustados socialmente.

Sin embargo, el universo único que los escoceses supieron crear desde mediados de los 90 tiene lugar también para los cuentos luminosos y los arranques enérgicos, y no olvida desparramar paisajes de belleza desoladora entre acorde y acorde.

Belle and Sebastian, que toma el nombre de una serie de libros infantiles franceses, nació en Glasgow a comienzos de 1996 como parte de un proyecto universitario de Stuart Murdoch, un cantante y guitarrista con mucho instinto literario y pasión por las charlas de café que logró reclutar a otros seis universitarios para grabar un disco como tesis de su curso. El resultado fue Tigermilk, su primer LP, editado exclusivamente en vinilo y con una tirada de sólo 1.000 copias, porque "se trataba sólo de un proyecto que no iba a durar", según el propio Murdoch (que por entonces trabajaba como cuidador de una iglesia medieval).

Tigermilk, con su intrigante portada que mostraba a una mujer desnuda dándole el pecho a un tigre de peluche, resultó ser la piedra inicial que desencadenó la avalancha en la carrera de los escoceses, generando una reputación "boca a boca" que los convirtió inmediatamente en un grupo de culto.

En Tigermilk está escrita casi entera la declaración de intenciones de Belle & Sebastian. Suena el primer acorde suave de "The state that I am in" e inmediatamente todo se desarma cuando entra la voz inconfundible de Stuart Murdoch, capaz de fundir témpanos o descongelar la sangre de un abogado. Los 12 temas del disco tienen la esencia introspectiva que los hizo grandes, desde el talento contemplativo de Murdoch a la dulzura de la voz y el violonchelo de Isobell Campbell.

La crítica suele colocar a los Belle and Sebastian como uno de los continuadores más importantes e influyentes de lo que dieron en llamar "twee pop", subgénero nacido en los 80 al que se le atribuye cierta inocencia y simpleza, espíritu melancólico, melodías dulces y contrapuntos vocales masculinos y femeninos. Aunque la etiqueta se use en forma ocasionalmente negativa ("twee" significa "afectado", "sentimental en exceso"), algunas de estas características son evidentes en la música de Belle and Sebastian, particularmente la evocación nostálgica y la suavidad de los arreglos y las melodías. El mundo de los escoceses, sin embargo, es bastante más complejo. Tiene guiños directos al pop de los 60, el folk de campiña estilo Donovan y algo de la crudeza de la Velvet Underground, matizada por orquestaciones suaves.

Entre tanta dulzura engañosa, además, Murdoch deja escapar referencias a veces perturbadoras en las letras, con alusiones sexuales e imágenes violentas que se mezclan con referencias religiosas y que ayudan a derrumbar el exceso de afectación en el que caen otras bandas pop del mismo género.

Este 19 de octubre vienen a presentar Girls in peacetime want to dance, un álbum en el que siguen demostrando por qué su música logra tocar en forma única algunas cuerdas ocultas en la sensibilidad de su audiencia, pero en el que se aventuran también un poco más en el terreno de la electrónica e incluso la música disco. Su primer single,"Nobody´s empire", resume perfectamente por qué es imposible dejar de quererlos.

Por Martín Otheguy