Por Manuel Serra | @serra_sur
Con una promesa de temporal flotando en al aire, que finalmente se concretó, Babasónicos volvió a Uruguay e hizo lo propio: reafirmó la electricidad en todas sus dimensiones. A sus tres años de búsqueda e introspección acústica, en los que parieron dos discos de la talla de Desde Adentro (2016) y Repuesto de Fe (2017), le retrucaron con una enorme descarga eléctrica, que confirma lo que todos sabíamos: su principal combustible es el cambio
En un escenario al que conocen a la perfección, el grupo, que viene de hacer un histórico Hipódromo de Palermo en el que tocaron para más de 20000 personas, volvió a congraciarse con sus fanáticos uruguayos, que no dejan pasar la ocasión de asistir a la misa estética que son sus conciertos.
Desde que sonó la primera canción, los argentinos adelantaron lo que iba a ser su show, en el que sonaron los temas de Discutible (2018), pero sin dejar de repasar la catarata de hits que tienen en su haber. "Ingrediente" se mechó con "En privado" y "Vampi", mostrando, que, a pesar del paso del tiempo, sus canciones viejas pueden convivir con las nuevas, ya que todas comparten lo más importante de su obra: el gen babasónico.
Además de un sonido exquisito, el despliegue audiovisual fue otro de los fuertes de la presentación, con una pantalla de fondo con videos elegidos con ese curaduría especial que tienen. Porque, además de ser extremadamente cuidadosos con los arreglos musicales, también lo son con todos los componentes que encuadran a sus presentaciones. Es que, en definitiva, la obra de Babasónicos es un tratado estético. No hay aspectos dejados al azar, está cuidado hasta el más mínimo detalle.
Hay que decir que deben haber pocos escenarios que configuren tanto con su música como La Trastienda (Férnandez Crespo 1763). Desde la arquitectura, los pasillos, las escaleras, el ex Cine Miami - nombre que, casualidad o no, remite a ese disco cumbre que este año cumple dos décadas - tiene una estética que, sin duda, combina con toda la línea babásonica. Y cuando suenan sus canciones, está en su máxima expresión.
"Sin mi diablo", "La lanza", "Irresponsables" y "Trans-algo" fueron algunas de las canciones que se fueron sucediendo, en una clara procesión de sonidos eclécticos, hasta que se hizo un corte que duraría poco más de diez minutos. Para después, sí, volver a la carga con toda una nueva andanada musical.
"Tenemos el público más feliz, porque está hecho a nuestra imagen y semejanza", diría Adrián Dárgelos, en uno de los pocos momentos que se dirigió a su auditorio, que recibió cada una de sus palabras con aplausos y ovación. Con su look de náufrago, el histórico líder de la banda demuestra cada vez que sube al escenario que maneja los tiempos y cada uno de los detalles con un dominio total.
La música siguió, entrelazando los clásicos viejos con los nuevos, y la atmósfera se vio totalmente tomada por cada una de las canciones. Hit tras hit, los argentinos volvieron a demostrar de la madera que están hechos y la gente lo agradeció: encontró lo que había ido a buscar. Y por momentos La Trastienda parecía una pista de baile.
Pasó "Cómo eran las cosas", "Cretino", "Los burócratas del amor", "La pregunta", entre otras, hasta que finalmente llegaron los versos de "Impuesto de fe" para completar una velada indiscutible. Es que es así: si la vida es tener fe, Babasónicos te lo hace más fácil.
El conjunto argentino se presenta nuevamente este sábado 15 de junio. Por más información, entrá acá.