Contenido creado por Gonzalo Charquero
Olas y vientos

En todas las tablas

Andrés Scotti: el campeón de América que ahora disfruta del golf y el surf

“El surf lo descubrí no hace mucho y me di cuenta de que era un gran generador de momentos para compartir con mis hijos en familia”, dijo.

31.01.2025 13:10

Lectura: 7'

2025-01-31T13:10:00-03:00
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Por olas y vientos

Cuando hablamos de Andrés Scotti es imposible que no se vengan a la cabeza tantos momentos de alegría que supo brindar aquella generación de futbolistas en el mundial de Sudáfrica 2010, con aquel inolvidable cuarto puesto y, al año siguiente, una nueva alegría con la Copa América en suelo argentino.

Ya retirado de la actividad profesional, desde las instalaciones del Centro Integral Enfoque, Andrés Scotti habló sobre cómo surgió su vínculo con el deporte y de las actividades que realiza hoy en día para seguir en movimiento.

¿Cuándo llegó el deporte a tu vida?

Fui descubriendo y aprendiendo a conocer el deporte desde que tengo uso de razón. Mi madre y mi familia nos motivaban a movernos y es algo que me quedó grabado para toda la vida. Crecí en una época donde no había distracciones digitales como en la actualidad, y donde la actividad deportiva era la que generaba momentos de diversión y para compartir.

Ahora hay una droga que son las redes sociales y la dopamina que generan... Es imponente como te invitan a quedarte sentado haciendo nada realmente y te dicen: “No te muevas, quedate ahí.” Y la gente se queda.

Practiqué varios deportes a nivel competitivo federado como básquetbol o handball, y en ese momento el fútbol solo era una opción más. Allá por los 16-17 años comenzaron a descubrirme virtudes que fueron marcando mi elección de verlo como un camino, y luego un proyecto de vida de lo que fue mi vocación por años.

¿Cuánto del fútbol hay en el presente de Andrés Scotti?

El futbol me educó, me formó como ser humano y me enseñó en muchas cuestiones de disciplina, de hábitos de trabajo, en entender que, si mejora el resto, mejoro yo. Todo lo que es el vínculo con los demás y el trabajo en equipo lo heredo del fútbol. Y muchísimo también llega por parte de mi madre y mi familia que me enseñaron a trabajar en comunidad y en equipo. En el Andrés de hoy, hay mucho del fútbol, porque me formó como ser humano.

Tuviste múltiples éxitos profesionales, ¿cómo te llevas con el éxito y cómo lo asimilas?

Yo al éxito lo ligo mucho más al trabajo interior, al trabajo del amor por uno; o a conseguir también el equilibrio emocional en paz. No lo ligo tanto al resultado, porque a veces te está yendo espectacular y tenés un barullo que “puf”.

Imagínate el escenario donde salís campeón y no tenés con quién abrazarte de manera sentida, ni poder agradecer por lo compartido y vivido. Entonces creo que el éxito roza mucho en compartir, en ser solidario y estar cerca de la gente. Cuando estamos cerca de esos lugares, y de esas sensaciones, ahí te puedo decir que me considero una persona exitosa.

¿Descubriste tu propósito de vida o lo estás buscando?

Creo que a medida que crecemos el propósito va cambiando. Me acuerdo cuando empecé a ser deportista profesional, que me marqué un propósito de que trasciendan las cosas y hacerlas de manera feliz. Cuando me tocó defender la selección, el propósito fue dejar todo en la cancha para que la gente celebre y esté contenta.

Si hablamos del hoy, mi propósito es contagiar, motivar o ayudar a que la gente descubra el movimiento y apueste a una mejor calidad de vida. Eso lo fui descubriendo con los años, con estos nuevos proyectos sobre movimiento, cuidado, salud y bienestar. Creo que, en el día a día, tener propósito ayuda muchísimo a que no te distraiga nada. A estar motivado, a ver el camino claro y te asegure que lo que venga te encuentra enfocado y bien plantado.

¿Cuánto de ese propósito lleva el nombre “Enfoque”?

Mucho, aunque el nombre sale de explorar variables y fue medio sin querer. Hay un propósito personal que va de la mano y en sintonía al de este emprendimiento, y es trascender a las personas y ojalá al tiempo. La gente no se da cuenta a veces que estar sano vale y mucho. Poder caminar es una bendición; hay gente que no puede hacerlo y eso lo subestimamos enormemente. Luego, cuando no estamos sanos, daríamos lo que fuera para lograr volver a tener una salud plena. Pero, cuando la tenemos, nos cuesta horrores valorarla.

Hace poco escuché una frase que me llamó la atención, que comentaba que la primera etapa de la vida es para brillar y la segunda etapa es para devolver e iluminar. ¿En qué etapa te encontrás?

[Piensa, se emociona y hace una pausa]

Estoy en la etapa de ser agradecido y te aseguro que de este lado es mucho más lindo. Sentirte que podés brindarte al otro te cambia el día. Cuando podés tender una mano, te sentís mucho mejor vos que quien está del otro lado. Eso te lo aseguro.

Hace tiempo entendí que nos construimos con pedacitos de todas las personas que nos formaron: familiares, amigos, maestros y toda esa gente que nos ayudó a ser lo que somos hoy. De hecho, estamos hechos de pedazos del resto y la tarea es eso: agradecer y valorar siempre.

Por mi parte, voy llevando la bandera del movimiento, acercándome a las personas que invitás a moverse. Quizás quien te ve moviéndote, sin pensarlo, te toma como ejemplo y estás motivando a alguien a cambiar su estilo de vida. El movimiento me ha ayudado a salir de situaciones complejas de mi vida, momentos de tristeza, y a trabajar mi parte emocional toda. Muchas veces se lo asocia solamente con lo estético y no con la cabeza. Pero te aseguro que es la parte más importante del cuerpo. Si ahí arriba no anda bien la cosa, todo el resto se tambalea.

Luego llega el momento de dejar el fútbol y empezás a descubrir otros deportes individuales, como el golf y el surfing.

Es así. Y te puedo decir que el golf es el deporte más difícil que conozco por lejos. No hay un deporte que se le arrime en dificultad. Tiene una condicionante muy compleja y es que jugas contra el peor rival que existe: vos mismo. Tiene un toque de mucha armonía, de destreza técnica, ritmo, control del cuerpo y donde la cabeza empiece... ¡Uf!, ¡Ahí sí que te complica el partido!

Por otro lado, el surfing nació por un primo en primer momento. Y poco a poco nos envolvió a mis hijos y a mí y nos atrapó. Ellos hoy son preadolescentes y adolescente y encontré un deporte que me hace vincularme mucho con ellos y me hace vivir muchas instancias juntos. Pienso en el surfing y se me viene a la cabeza hacer un mate, cargar las tablas, subirnos al auto y arrancar. También en muchas charlas y música en la madrugada mientras elegimos dónde nos vamos a tirar.

Son momentos y es buenísimo juntarnos en algo como familia. Luego te queda el recuerdo de ese día, las charlas, las risas, la música. Y te aseguro que es una mañana ganada.

Desde hace unos años en familia nos vamos en setiembre. Los papás con hijos e hijas a Garopaba, en Brasil. Y esa semana reinan la playa, comida, cartas, juegos en la playa y mucho surfing en familia. Ganamos en el contacto con nuestros hijos, sobrinos y primos, y da mucho placer y muchos momentos divertidos en contacto con la naturaleza.

¿Un sueño por cumplir?

Mi sueño es lo que me quede de vida. Soy obsesivo por cuidar la salud; ojalá la pueda mantener lo más que pueda. Vale la pena y tengo una sola vida. Vivir lo más pleno posible en paz y armonía.