Por The New York Times | Christine Hauser
M. J. Eberhart, oftalmólogo jubilado de 83 años, tuvo un fin de semana agotador.
El domingo, se obligó a recorrer los últimos kilómetros de una excursión por el Sendero de los Apalaches, convirtiéndose en la persona de mayor edad que se conoce en completar los casi 3500 kilómetros que hay entre Georgia y Maine.
Se trató de una odisea que comenzó en enero desde su casa en Flagg Mountain, Alabama, con una serie de caminatas de día que lo llevaron a Georgia. Desde allí, inició el viaje por el Sendero de los Apalaches. Llevaba una mochila de 2 kilogramos, con una tienda de campaña, una bolsa de dormir y otros utensilios (que no incluían comida y agua).
Conocido con el nombre de senderista “Nimblewill Nomad”, Eberhart recorrió la distancia en tramos. En ocasiones, sus amigos y seguidores lo acompañaban o lo recogían para que comiera y pasara la noche en una cama caliente y a la mañana siguiente lo llevaban de vuelta al lugar donde había pausado la caminata.
La mayoría de las veces dormía en la naturaleza. La belleza natural que lo rodeaba le dejaba atónito. Vio osos. Los mosquitos se lanzaron en picada y lo picotearon. Le temía a la perspectiva de las rocas y los vientos de 80 kilómetros por hora en la cordillera Presidencial de New Hampshire.
En una entrevista, afirmó que se encontró “cara a cara” consigo mismo. Todos los días, dijo, superaba la tentación de renunciar.
“Sabía lo que me esperaba”, señaló. “Y día a día, el desafío”.
Pero siguió adelante.
“Cada metro de ese camino”, dijo.
Al final, Eberhart recorrió el último tramo de su excursión el domingo hasta Dalton, Massachusetts, y entró en los libros de récords.
En la calle Depot, Eberhart fue recibido por Tom Levardi, conocido por los expertos como un “ángel” del sendero que ha apoyado a los senderistas durante décadas.
Ahí tuvo lugar una ceremonia de entrega en la que Dale Sanders, de 86 años, conocido por su nombre de senderista “Grey Beard”, le cedió a Eberhart un bastón de senderismo grabado en una entrega simbólica del récord y luego brindaron por él con champaña. Sanders ostentaba el título desde 2017, cuando recorrió todo el sendero a los 82 años, y había conducido desde Tennessee para recorrer los últimos kilómetros con Eberhart.
“Un momento increíblemente emotivo, y ahora vuelvo a llorar de nuevo”, escribió Eberhart sobre la caminata en su diario en línea.
“Me ha robado el récord”, dijo Sanders entre risas, en una llamada telefónica. “No me decepciona en absoluto que me lo haya quitado. De hecho, promuevo que la gente mayor salga y rompa mi récord”.
El lunes, Eberhart volvió a ponerse en marcha. Salió con buen ánimo, esta vez en un auto con chofer, hacia su casa en Alabama.
El Sendero de los Apalaches, apodado AT (por su sigla en inglés), se extiende desde la montaña Springer, en Georgia, hasta el monte Katahdin, en Maine, atravesando catorce estados por montañas, bosques y carreteras. Alrededor de 3 millones de personas recorren el sendero, ya sea durante unos cuantos kilómetros, en tramos durante varios días o continúan a lo largo de toda su extensión.
Las personas que recorren el Sendero de los Apalaches se han convertido en una comunidad muy unida (tanto en línea como a pie) en la que se refieren a los demás por sus nombres de senderistas e intercambian consejos, advertencias e información de otro tipo.
Eberhart les agradeció a algunos de ellos en su blog, incluidos aquellos con los que caminó en su último día: Slim Jim, Kitchen Sink, Pooter Scooter, Mayor, Slider y Neighbor Dave.
Jordan Bowman, portavoz de la Appalachian Trail Conservancy, la organización que dirige la administración del sendero, afirmó el lunes que un periodista le informó del logro de Eberhart el domingo.
Aseveró que la organización no verifica los libros de registro, las visitas a los albergues u otra documentación escrita que demuestre que alguien ha completado una travesía. En lugar de eso, dijo, existe un estricto código de honor.
“No vigilamos para asegurarnos de que has tocado todas las marcas blancas”, comentó, refiriéndose a las marcas de pintura en los árboles que les permiten a los excursionistas saber que están en el camino correcto.
Era la tercera vez que “Nimblewill Nomad” recorría el sendero en una ruta completa, que es cuando alguien recorre la distancia en su totalidad en un periodo de doce meses. Las otras dos ocasiones fueron en 1998 y 2001-02, cuando el sendero formaba parte de recorridos más largos de miles de kilómetros, dijo.
Después de añadir cientos de kilómetros a su excursión comenzando en Alabama, dijo Eberhart, se puso la mochila y partió hacia el Sendero de los Apalaches el 1.° de marzo. Caminó un promedio de 16 kilómetros al día, dijo.
En julio, se encontraba en los límites entre los estados de Nueva York y Connecticut cuando un amigo lo sacó del camino y lo llevó a Maine para evitar el mal tiempo. Desde ahí, caminó hacia el sur.
“Una vez que te involucras, te ayuda a fortalecerte”, dijo. “Cuanto más te involucras, más comprometido tienes que estar”.
La excursión requiere determinación mental y física. “El 80 por ciento es determinación mental”, dijo Eberhart. “Y por eso mucha gente fracasa”.
En 2016, Eberhart vivía la mayor parte del tiempo en una camioneta y usaba la casa de un familiar en Misuri como dirección postal.
“Ponme en el aire libre, de preferencia en las montañas, y tendrás un campista feliz”, le narró a The New York Times en un artículo que hace semblanzas de jubilados aventureros.
El sendero se cerró durante la pandemia de coronavirus de 2020, pero este año el número de excursionistas ha vuelto a los niveles previos a la pandemia, comentó Bowman. Añadió que las inscripciones para intentar recorrer todo el sendero en un periodo de doce meses fueron 3107 en 2019, pero que el sistema de registro, que es voluntario, se detuvo durante gran parte de 2020, cuando el COVID-19 estaba en auge. Este año hubo 3763 inscripciones. “Había mucha gente que había pospuesto sus excursiones”, dijo. Eberhart explicó que todos los días superaba el dolor, incluido el dolor de pies que lo hacía llorar, pero a menudo pensaba en Lance Armstrong, el ciclista, que una vez dijo que el dolor era temporal, pero que la renuncia duraba para siempre.
Bajó 7 kilogramos, pero dijo que no se cortaría el pelo ni se afeitaría. “El viejo de la montaña debe tener barba”, dijo.
Tras una excursión de miles de kilómetros, Eberhart no dudó cuando le preguntaron qué pensaba hacer a continuación.
“No lo sé”, dijo. “Tengo 83 años. Solo espero estar aquí mañana”. Dale Sanders, a la izquierda, conocido como “Grey Beard”, quien había ostentado el récord de excursionista de mayor edad, recorrió los últimos kilómetros del sendero con M. J. Eberhart, conocido como “Nimblewill Nomad”, el domingo 7 de noviembre de 2021. (Chris Whalen vía The New York Times)
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