Se están cumpliendo cuarenta años de la muerte de uno de los mayores genios que parió el mundo del cine. Estamos hablando de Alfred Hitchcock y, como siempre, las fechas redondas son momentos ideales para recordar los derroteros de las figuras que marcaron historia. Y que el paso del tiempo por sí mismo no hace que dejen de estar vigentes.

Su carrera comenzó en Inglaterra en los años 20 haciendo intertítulos de películas silentes y luego fue a Alemania donde, a partir del movimiento expresionista, generó su propia identidad como director. Algunos de los elementos que tomó fueron el uso tan específico para las luces y sombras, el uso de las líneas para componer los planos y también ángulos de cámara que generaban mucha ansiedad en el espectador.

En los años 40 viaja a Estados Unidos de la mano del productor David O Selznick y comienza una carrera de varias décadas. En Hollywood, Hitchcock genera un éxito tan grande que lo llevó a tener su propio programa de televisión llamado "Alfred Hitchcock presenta".

Podría decirse que Alfred es el primer director estrella, es decir, un director que convocaba a los espectadores sólo porque su nombre estaba en el poster de una película. Una de sus particularidades es que él nunca se mostraba como un gran artista o intelectual, sino que siempre se lo veía como una parodia a sí mismo. Esto afectó a la crítica que recibía en sus películas que muchas veces no eran tomadas en serio sino como un mero producto comercial para entretener al público.

A finales de los 50 y principios de los 60 el nombre de Hitchcock toma otro significado cuando es revisto por la Nouvelle Vague: una generación de críticos franceses que tuvieron una enorme relevancia en la historia del cine. Estos autores cambiaron la imagen del cineasta inglés y empezó a ser revalorizado desde una forma distinta. Esto desembocó en la creación de un libro de entrevistas entre Hitchcock y François Truffaut que hoy en día es considerado como uno de los libros elementales para estudiar cine.


En este capítulo de Fotogramas, Guillermo Ferrer habla sobre varias de las obras más reconocidas de Hitchcock como "Psicosis", "Con la muerte en los talones", "La soga", "La ventana indiscreta" y cómo influenciaron en las futuras generaciones de cineastas.