Salvo en el caso de los anacoretas, la vida del hombre se desarrolla en su medio social con otros seres humanos, sin los cuales no podemos ni debemos intentar vivir. Esto se logra porque las conductas respectivas hacen atractiva la vida en sociedad. A cada uno le conviene, le gusta, y lo mejora, pues lo desarrolla y fortalece. Le enseña y satisface, sin dejar de desafiarlo con un "gran horizonte". Este, siempre abierto, permite avanzar con la seguridad que nos dan los esfuerzos, los éxitos, los fracasos de nuestros amigos, vecinos, maestros y en general, nuestros mayores.

Pero este caminar por la vida solo puede ser de provecho si lo hacemos con bondad, para que nuestra gestión sea atractiva y con justicia, porque nada es bueno si no está, con equidad, al alcance de todos.

En nuestra vida de relación la equidad es clave. No todos somos iguales, pero todos tenemos expectativas, que en lo posible deberíamos satisfacer con equidad. De esto se trata la vida y para eso nuestro mundo se ha organizado procurando dar a cada uno lo suyo según sus merecimientos.

La sociedad resuelve los problemas de la justicia entre los hombres y sus intereses con la intervención de jueces con poder de decisión, a fin de dar a cada uno lo suyo, para beneficio de todos.

Vamos a considerar la bondad humana y la justicia entre los hombres, en sus grandes líneas, y de una manera sencilla.

En primer término vamos a procurar desarrollar el tema de la bondad desde el punto de vista práctico. Reflexionaremos también sobre lo que se ha dado en llamar la bondad natural y por último nos referiremos a la justicia para lograr la equidad entre los hombres, sin la cual el progreso quedará siempre afectado con perjuicio para todos.

La ética no es una asignatura que solo se estudia en algunos ámbitos académicos. Es insustituible para la vida humana. Los actos de los seres humanos, desde los pequeños gestos hasta los públicos y comprometidos de la vida personal y social, tienen una valoración moral. No pensamos en el ser humano con una visión economicista, utilitarista, consumista, hedonista, pasible de hacer lo que le plazca con su vida, creyendo que el fin (aunque sea bueno) justifica los medios (aunque sean malos). Para la moral, un medio malo no se transforma en bueno porque apunta a una finalidad buena.

Mencionaremos sumariamente a las virtudes, porque la convivencia es indudablemente más fácil y atractiva en la sociedad virtuosa. De todas maneras, como nos referiremos al mal, quiero prevenir al lector que es necesario mencionarlo cuando tratamos al bien como valor importante de nuestra vida. Debo destacar que mi optimismo tiene la virtud de que el mal, no es una obsesión. Por el contrario se trata realmente de un desafío que debemos aprender a considerar para superarlo.

Siempre habremos de apuntar a elaborar lo que es bueno, honorable, noble y en lo posible de buen gusto.

Hemos seguido a Hume cuando se refiere a la moral como una guía para la acción. Actuar moralmente es la forma básica de conducta de los seres humanos. Vamos a tratar siempre los aspectos prácticos de la ética, o sea todo lo que sirve para producir acciones basadas en normas razonables. Una de nuestras preocupaciones será que se comprendan las razones que justifican la acción moral. Procuraremos convencer a nuestros lectores del valor que tiene el cumplimiento de las normas morales y el imperativo de evitar quebrantarlas.

Nos atenderemos a la definición de bondad que nos enseña el diccionario de la Real Academia Española a saber: - "Cualidad de bueno. – Natural inclinación a hacer el bien". – Es la amabilidad de una persona hacia sus congéneres, que además se caracteriza por la cortesía del trato con los seres humanos.

Los diccionarios de la lengua inglesa coinciden en la definición y señalan que la bondad se reconoce como "valor" en las culturas y las relaciones. Se trata de una de las siete virtudes que específicamente se oponen a los siete pecados capitales.

Para Aristóteles es una de las emociones que define como "la ayuda a favor de alguien que la necesita sin esperar nada a cambio, ni pretender una ventaja para sí". En el caso de la bondad, las ventajas son para las personas a quienes se está ayudando.

Según Nietzsche, la bondad y el amor son las hierbas más curativas en la relación de los seres humanos y aclara que en la economía no hay bondad. Considera que la bondad y la economía sólo se juntan en los sueños de los utópicos. No podemos dejar de mencionar a este autor aunque no siempre compartimos sus impulsos filosóficos.

© 2008 Juan Martín Allende