Por The New York Times | Sarah Lyall
Jennifer Aniston, Reese Witherspoon y el resto del equipo creativo de ‘The Morning Show’ acababan de comenzar a rodar la segunda temporada cuando “de repente el mundo se nos vino encima”, dijo Aniston. (Amy Harrity para The New York Times) “La cuestión es cómo tener más gracia como seres humanos hacia los demás”, dijo Witherspoon. (Amy Harrity para The New York Times) Television Apple TV Plus The Morning Show (TV Program) Aniston, Jennifer Carell, Steve Ehrin, Kerry Harden, Marcia Gay Leder, Mimi Lee, Greta Witherspoon, Reese audio-positive-escape El drama sobre un programa de actualidad, que reorientó su primera temporada en respuesta al movimiento #MeToo, también tuvo que hacer cambios en la segunda temporada debido al coronavirus.
La segunda temporada de The Morning Show, la serie estrella de Apple TV+ sobre un programa de entrevistas al estilo de Good Morning America, llevaba seis semanas de rodaje en marzo de 2020 cuando todo se paró de repente.
“Era un miércoles por la noche y estábamos discutiendo una escena que tenía que rodar al día siguiente”, recuerda Jennifer Aniston, quien interpreta a una de las copresentadoras del programa ficticio y que también es productora ejecutiva de la serie.
“Nos llegaban correos electrónicos que decían que esta gran empresa y aquella otra cerraban. Y entonces nos enteramos de que Tom y Rita estaban enfermos [es decir, Tom Hanks y Rita Wilson, que contrajeron la covid al principio de la pandemia]. Y, de repente, el mundo se nos vino encima”, afirma Aniston.
La producción se detuvo el 11 de marzo, el reparto y el equipo se dispersaron y los productores se plantearon cómo podría seguir adelante la serie. Y cuando volvieron (a distancia) y decidieron rehacer la temporada, su reto fue cómo incorporar el coronavirus al argumento porque la pandemia acababa de empezar y nadie sabía cómo se desarrollaría.
Esto reflejó, de hecho, lo que ocurrió durante la primera temporada, cuando los acontecimientos del mundo —en ese caso, los conflictos por el movimiento #MeToo— se apoderaron de lo que había sido el guion.
The Morning Show, presentado con bombos y platillos como el programa estrella del nuevo servicio de streaming Apple TV+ en 2019, se inspiró libremente en el libro de no ficción de Brian Stelter Top of the Morning, sobre la implacable política de los programas televisivos de la mañana. Pero aunque al principio se centraba sobre todo en las luchas internas entre Alex Levy (Aniston) y su copresentadora Bradley Jackson (Reese Witherspoon), se renovó con ambiciones más amplias que reflejaban los cambios provocados por el #MeToo.
Después de desenmascarar al antiguo copresentador de Alex, Mitch Kessler (Steve Carell), como un depredador sexual en serie, el programa exploró las repercusiones para sus víctimas, así como para aquellos en la cadena que ignoraron, permitieron o consintieron su comportamiento.
La primera temporada terminó con Alex y Bradley haciendo explosivas revelaciones al aire sobre el ambiente de trabajo sexualmente tóxico de UBA. La segunda, que se estrenó a principios de este mes, comienza meses después, en la víspera de Año Nuevo de 2019, con Bradley asignada a la transmisión de la caída de la bola en Times Square y Alex, que ha dejado la cadena, reflexionando sobre si debe volver.
Es un momento de aparente inocencia, en el que los personajes dejan de lado las dificultades de 2019 y miran alegremente hacia 2020, sin ser conscientes del iceberg que acecha bajo las aguas. “Es un nuevo año”, dice alegremente Cory Ellison (Billy Crudup), el maquiavélico director general de UBA (fue ascendido desde la temporada pasada), mientras los sonidos de “Auld Lang Syne” crecen en un emotivo montaje. “Las cosas están mejorando”.
Bueno. Ya hemos oído mencionar una “misteriosa enfermedad respiratoria”. Y entonces Cory ve una noticia en el teletipo: la familia de Hannah, una joven empleada que se acostó con Mitch y luego murió de sobredosis, ha presentado una demanda por homicidio culposo contra la cadena. Y entonces se produce el acontecimiento más siniestro de todos, cuando una mujer que está detrás de Cory estornuda y el episodio termina con un ruido sordo.
‘¿Vamos a ignorar esto?’
El confinamiento hizo que los guionistas de la serie, liderados por Kerry Ehrin, volvieran a revisar todo.
“Para un programa de actualidad que mira al mundo tal y como es, la pregunta era: ‘¿Vamos a ignorar esto?’”, dijo Michael Ellenberg, productor ejecutivo y director de Media Res, el estudio que está detrás de la serie. Decidieron que eso sería imposible.
“Teníamos que enfrentar los tiempos que corren, así que nuestra primera conversación fue cómo hacerlo. Kerry insistió en que no queríamos especular sobre el futuro: cuánto duraría la pandemia, si acabaría, cómo sería después”, añadió. “Así que rápidamente nos decidimos por la idea de ver el comienzo de la pandemia, cuando las cosas se están gestando y, mientras tanto, hay una bomba debajo de la mesa”.
La segunda temporada está ambientada en los tres primeros meses de 2020. El virus ha impactado a China y poco a poco va cobrando fuerza para alcanzar al resto del mundo. Al mismo tiempo, muchos de los personajes se enfrentan a un ajuste de cuentas porque luchan con sus propias identidades y con una comprensión cambiante del poder, la raza y los privilegios dentro y fuera del trabajo.
Enfadado por haber sido rechazado para presentar un debate presidencial, Danny (Desean Terry), un reportero del programa, exige saber qué es —¿ser gay? ¿Ser negro?— lo que ha perjudicado su carrera. Stella (Greta Lee), la nueva y frontal presidenta de la división de noticias de la UBA, que es asiáticoestadounidense, se tortura con la idea de que su contratación fue simbólica, incluso mientras en la calle es sometida a insultos racistas sobre el coronavirus al estilo Trump. Yanko Flores (Néstor Carbonell), el querido meteorólogo cubanoestadounidense, es acusado de apropiarse de la cultura indígena después de usar la expresión “espíritu animal” al aire, y luego es atacado cuando se considera que su disculpa no es lo suficientemente sincera.
Bradley tiene problemas con su sexualidad y su relación con su conservadora y disfuncional familia. (Un nuevo y delicioso personaje, la presentadora de la cadena Laura Peterson, interpretada por Julianna Margulies en su mejor momento felino, ocupa un lugar destacado en esta línea argumental).
Mientras tanto, Mitch, que ahora es persona non grata y se ha retirado a una cavernosa villa en Italia a raíz de su desgracia, se debate sobre si tiene derecho a una vida después de ser cancelado. Y Alex, con su matrimonio acabado y sus suposiciones sobre el mundo hechas añicos, excava y reexamina su relación con Mitch, un hombre con el que trabajó y al que amó durante muchos años.
“La primera temporada trató sobre el movimiento #MeToo y sus repercusiones: revolver las piedras y ver lo que hay debajo”, dijo Mimi Leder, la directora y una productora ejecutiva de la serie. “La segunda temporada trata de la identidad. Estamos planteando un montón de preguntas difíciles sobre la cultura de la cancelación, la sexualidad, la raza y otros aspectos. Estamos pidiendo a nuestros personajes que examinen quiénes son realmente”.
En un momento en el que parece valiente reconocer que no todas las conductas sexuales son iguales, The Morning Show se adentra directamente en el tema. Los personajes más jóvenes están en desacuerdo con los más viejos, y hay diversas opiniones sobre cómo ver un comportamiento que antes era aceptable y que ahora está prohibido. ¿Está bien, por ejemplo, pensar que hay algo redimible en Mitch?
En una escena especialmente memorable, Bradley regaña a Maggie Brener (Marcia Gay Harden), una periodista que ha escrito un libro sobre la UBA, sobre el perdón y la compasión.
“La cuestión es cómo tener más gracia como seres humanos hacia los demás”, dijo Witherspoon, quien también es productora ejecutiva, en una entrevista. “¿Qué pasa con las personas que están realmente arrepentidas, o que han cometido ofensas perdonables? No creo que, como sociedad, hayamos llegado a ese punto”.
Los cambios ficticios en el programa reflejan los cambios reales en la industria, dijo Witherspoon. Entre otras cosas, dijo, ahora hay una formación obligatoria sobre el acoso antes del rodaje, algo que habría sido impensable incluso hace unos años.
“Hay mucha más consideración por el bienestar emocional de la gente”, dijo. “Parece un entorno más seguro para crear. Todo tiene su complejidad, pero estoy agradecida por un lugar de trabajo más seguro”.
Un golpe emocional
El rodaje comenzó de nuevo en otoño de 2020, antes de que las vacunas para la COVID-19 estuvieran disponibles. Algunos miembros del reparto y del equipo se habían mudado, o no se sentían seguros trabajando, y no volvieron. La producción se detuvo varias veces más, no porque nadie enfermara, sino por las restricciones del gobierno. Al igual que en otras series que se rodaron durante la pandemia, la producción desarrolló rigurosos protocolos sobre pruebas, higiene, equipos de protección y comportamiento en el estudio, incluso cuando los personajes no llevaban mascarilla mientras rodaban sus escenas.
Según Aniston, fue un momento tenso para filmar, agravado por el peso del material. (La temporada incluye muchos enfrentamientos, reconsideraciones, ajustes de cuentas y llantos dramáticos).
“Como alguien que suele vivir con un paso contento y una sonrisa en la cara, al final grité, lloré y me puse emotiva”, dijo. “Tardé semanas en desinflamar mis ojos por toda la emoción”.
Mientras esto sucedía, Aniston y sus compañeros de reparto de Friends filmaban su tan esperado, y varias veces retrasado, episodio de reencuentro. Volver, en este grave momento, a la alegre serie que tanto definió su carrera fue otra experiencia que la dejó mareada, dijo Aniston.
“Todos teníamos una ignorancia tan feliz al ir al reencuentro”, dijo. “Pensábamos: ‘Qué divertido va a ser esto, volver al Stage 24 exactamente como era, exactamente como lo dejamos’. Pero fue un golpe emocional. Resulta que no es tan fácil viajar en el tiempo”.
Cuando Friends terminó después de una década, en 2004, “todos estábamos dispuestos, ávidos, llenos de entusiasmo, mirando hacia el futuro”, continuó. “Pero había muchas cosas por venir para todos: verdades duras, cambios, pérdidas, bebés, matrimonios, divorcios y pérdidas de embarazo. Una de las cosas más emotivas para mí fue darme cuenta de que los tiempos eran mucho más sencillos en ese entonces. Para empezar, no teníamos las redes sociales”.
No se ha anunciado una posible tercera temporada de The Morning Show, pero está claro que aún quedan muchas cosas por explorar, entre ellas cómo los personajes podrían superar los traumas de 2020. Más allá de la pandemia, sigue abierta la pregunta sobre qué ocurre con las personas atrapadas en las fauces de los escándalos públicos.
“Espero que nos tomemos un momento para hacer una pausa cuando estemos agitados, y para tomar cada caso como viene, y para usar el debido proceso”, dijo Aniston. “Es demasiado fácil cuando, con el clic de un botón, alguien desaparece sin más”.
Sarah Lyall es una periodista de temas generales que trabaja para diversas secciones como Deportes, Cultura, Medios e Internacional. Antes fue corresponsal en la oficina de Londres y reportera de las secciones de Cultura y Metro. @sarahlyall