La Universidad de Oxford eligió como palabra del año al término brain rot. Se trata de un neologismo que se traduce a “pudredumbre de cerebro” y significa “la supuesta deterioración del estado mental o intelectual de una persona, especialmente visto en el exceso de consumo de contenido digital que es de tipo trivial o poco profundo”.
Según explicó Oxford, un grupo de expertos creó una lista de seis palabras que “reflejaron las emociones y conversaciones que moldearon al año anterior”. Con dos semanas de votación pública y 37.000 personas que participaron de dicho proceso, el jurado determinó que brain rot sería la palabra del año.
A raíz de esa información, la especulación que estableció la universidad está en que el término se prestó para “capturar las preocupaciones sobre el impacto del consumo excesivo de contenido digital en redes sociales”.
El concepto de brain rot tomó especial tracción en la generación Z (nacidos a finales de la década de los 90 y principios de la década de los años 2000) y Alfa (nacidos de 2010 en adelante) a través de redes sociales como TikTok.
En este contexto, la palabra refiere a contenido de baja calidad y al valor encontrado en la red social, que lleva una connotación negativa en aquel que consume este tipo de contenido.
A menudo empleado de forma humorística o autocrítica por comunidades en línea, está fuertemente asociado con ciertos tipos de contenido, como la serie viral de videos Skibidi Toilet del creador Alexey Gerasimov, que presenta inodoros humanoides, y los memes generados por usuarios sobre “solo en Ohio”, que hacen referencia a incidentes extraños en dicho estado norteamericano.
Este tipo de contenido ha dado lugar al concepto de terminología brain rot , con términos como skibidi, que significa algo sin sentido, Ohio, que alude a algo vergonzoso o raro, rizz, derivado de la palabra carisma, que significa tener buena labia, entre otros.
Sobre esto último, Oxford destacó que el fenómeno refleja una tendencia creciente de palabras que surgen en la cultura viral en línea antes de extenderse al mundo “real”.
Según la universidad británica, “ahora también está cobrando fuerza una conversación más amplia y seria sobre el posible impacto negativo que el consumo excesivo de este contenido podría tener en la salud mental, especialmente en niños y jóvenes”.
Sobre el neologismo, el presidente de Oxford Languages, Casper Grathwohl, evaluó que resulta “fascinante que el término brain rot haya sido adoptado por la generación Z y la generación Alfa, las comunidades en gran medida responsables del uso y la creación del contenido digital al que se refiere el término”.
“Esto demuestra una cierta autoconciencia humorística en las generaciones más jóvenes sobre el impacto dañino de las redes sociales que han heredado”, concluyó Grathwohl.