Por Gerardo Carrasco
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La misma noche en que las voces de Gardel y Razzano resuenan en un teatro montevideano, Carmela, la hija menor de un padre autoritario y una madre ahogada en la desmemoria, inicia una inesperada y audaz aventura que cambiará su historia.
Los protagonistas de esa velada no pueden saber que están echando a rodar una historia que atravesará generaciones, pintando un lienzo que sólo la distancia que ofrece el tiempo permitirá apreciar en su totalidad.
Si bien el libro acaba de publicarse, "no es que lo haya escrito ahora, lo escribí hace años y lo fui haciendo en paralelo con otras cosas, y ahora llegó el momento de publicarlo", explica Helguera a Montevideo Portal.
"Lo empecé hace mucho, simultáneamente con otras escrituras, en una época en la que todavía no clasificaba demasiado el público hacia el que apuntaban mis obras, recién después me fui dirigiendo más hacia los niños y adolescentes", explica.
Cuando seas mayor y sepas guardar el secreto es la primera novela publicada por Helguera fuera de las colecciones dedicadas a un público juvenil. Pasó nueve años durmiendo el sueño de los justos en un cajón -"que ahora es una carpeta en la computadora" aclara- luego de que fuera presentada a un certamen de literatura para jóvenes del Mercosur. En ese concurso, el relato obtuvo una mención, "pero no lo publicaron porque no encajaba mucho", explica la autora. Al parecer, el libro ya "apuntaba maneras" de literatura adulta, y el resto de las obras presentadas "eran notoriamente para adolescentes, a partir de 10 o 12 años".
Como toda historia humana, la de los protagonistas de Cuando seas mayor y sepas guardar el secreto, está atravesada por situaciones difíciles, algunas decididamente trágicas. Interrogada acerca de si esa carga dramática podría haber hecho que la obra no fuera publicada en las colecciones juveniles, la autora sugiere otras razones.
"En la novela hay muchos referentes culturales que son lejanos para los chicos, que tendrían que pararse a cada rato a preguntar. Para nosotros la época de auge del tango, de la radio, no es tan lejana, pero para ellos puede ser un mundo desconocido, y por eso la lectura se les puede hacer muy cuesta arriba", expresa.
Lo mismo podría suceder "con temas como la dictadura, que para ellos puede ser como hablarles de cosas de los tiempos de Artigas", o situaciones como las vividas "por madres solteras hasta no hace tanto", cuando se veían obligadas "a esconderse para dar a luz" e incluso "les sacaban a los hijos".
"Hasta hace cosa de treinta años todavía era un estigma ser hijo natural, eso es algo que felizmente hemos superado", subraya.
Suena un tango a lo lejos
Precisamente hijos naturales y madres en situaciones apuradas son el nervio de la obra, que nació de una anécdota breve e insignificante para cualquiera que no lleve dentro de sí el "bichito" de la escritura.
"El disparador fue una anécdota, la única verídica en el libro. La contaba mi abuela cuando yo era jovencita, y debió ocurrir a mediados de los años 20. A un familiar lo invitaron a ir a un recital de tango y él respondió que ‘ni loco iba a ir a escuchar a esos guarangos'. Eso me sorprendió, porque en mi casa el tango era omnipresente, mi padre lo silbaba y sonaba siempre en la radio, y que alguien en mi familia hubiera dicho eso me pareció sorprendente, me impactó tanto que surgió la idea de hacer algo con eso", resume.
"La idea era interesante, pero más curioso que el hecho de que alguien no quisiera ir a ver a los ‘guarangos', era que a alguien se le prohibiera ir". Por ello, a partir de esa anécdota surge una de las escenas desencadenantes del argumento, donde el tiránico jefe de familia prohíbe a su hija ir a un concierto de tango.
De hecho, el sonoro ritmo rioplatense es una presencia constante en la obra. "Hay partes que las armé con versos de tangos que acompañan los estados de ánimo de los personajes", refiere la escritora.
A partir de esa nimia memoria familiar "fue creciendo y girando todo el resto de la historia. Y como este punto de partida se situaba en aquellos tiempos, ofrecía la oportunidad de seguir avanzando hacia el presente". Así, con los descendientes de esos protagonistas iniciales surge "una especie de saga familiar durante setenta años, que termina a fines de la década de 1990".
En su momento, el relato no tenía pretensiones de libro. "Era un juego, un ejercicio literario, lo fui dejando y regresando hasta que en un momento me entusiasmé y me decidí a terminarlo, algo que me costó".
Una vez que ese cuento iniciado hace casi una década alcanzó su versión final, Helguera lo presentó a la Editorial Planeta "pensando que podía gustar para la colección juvenil, pero finalmente se optó por publicarlo como un libro para adultos, para no restringir su público, y porque hay gente que tiene prejuicios al respecto", y podría desconsiderar la lectura de un libro "etiquetado" para un público joven.
Heroínas silenciosas
Las protagonistas de Cuando seas mayor y sepas guardar el secreto son mujeres en condiciones de gran vulnerabilidad, frágiles y a la vez fuertes, que afrontan situaciones terribles, como la maternidad en situaciones hostiles. La presencia de esas madres que deben endurecerse sin perder la ternura no es fortuita.
"El tema de la maternidad me interesa y siempre me ronda, tanto la biológica como la adoptiva. Por eso era interesante plantear qué pasaría en esa familia tan represora si la hija menor, a pesar de tantas prohibiciones y precauciones, quedara embarazada".
Eso deriva en una situación de alumbramiento en circunstancias complicadas. "Luego, a través de las generaciones se dan situaciones similares tanto en el campo como en la ciudad". Una vez que el desarrollo cronológico de la trama llegara a la época de la dictadura "era difícil no detenerse en las cosas que pasaban entonces, y en la situación de separación y sufrimiento en que se encontraron muchas madres", manifiesta.
"Siempre pensé en esa gente que se comprometió tanto ideológicamente y pagó un precio muy alto, pero también lo hicieron sus hijos. Algunos se enorgullecen del compromiso de sus padres con una idea o una causa, y otros reaccionan al revés, se preguntan ‘¿Para qué me tuviste si te ibas a ocupar de otra cosa, si tu prioridad no era yo?' Esa disyuntiva me preocupa y las cosas que me preocupan van a parar a mis libros", afirma.
"Hay quienes dicen que la literatura tiene que plantear más preguntas que respuestas. No son temas que yo pretenda resolver con una novela o con veinte, pero son cuestionamientos que quedan ahí, planteados", asevera.
Cuando seas mayor y sepas guardar el secreto es una ficción realista, "cosas que no pasaron, pero pudieron haber ocurrido", expresa la autora. Se trata de una obra madurada por la espera y beneficiada por una redacción alejada de las prisas, fruto del hecho de que su autora -maestra jubilada- no vivía de sus letras sino de su trabajo docente.
"Lo creé con la libertad impagable de escribir lo que uno quiere y cuando quiere, sin la obligación del plazo de entrega o la necesidad de -como decía el querido maestro Washington Benavides- pagar los garbanzos", concluye.
Ficha:
Cuando seas mayor y sepas guardar el secreto
Magdalena Helguera
Editorial: Seix Barral
Temática: Novela literaria | General narrativa literaria
Número de páginas: 144
Por Gerardo Carrasco
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