“¿Con qué sueñan los hijos de puta?”, un título “interpelante” que se genera en el afán de querer “descontracturar” un término con connotación negativa que es habitué en la jerga uruguaya.
Karina Núñez, activista y extrabajadora sexual, se pregunta con qué sueñan los hijos de las trabajadoras sexuales y nos invita a reflexionar, a través de la lectura, sobre un insulto tan vulgar como dañino.
Para su tercer libro, la fundadora de Otras, primera organización uruguaya de trabajadoras sexuales, recorrió el país y conversó con compañeras acerca de aquellas cosas que las habían marcado en su niñez y adolescencia. “Siempre surgían los insultos relacionados a ser hijas de puta”, relata Núñez a Montevideo Portal y agrega que “estos niños [los hijos de puta], son niños que recién están llegando al mundo, que tienen mucho que soñar y no tienen la maldad que le está atribuida a esa palabra”.
“Cuando la gente dice 'hijos de puta' no habla de los hijos de las trabajadoras sexuales. El título está hecho para que se pueda tener noción de que los insultos también inciden en la vida de la gente, que debemos de reformularnos de qué forma nosotros interactuamos con el resto”, sostiene.
En base a las entrevistas que realizó, la activista asegura que los estigmas y prejuicios se acentúan en el interior del país. La condena social hacia los más chicos es aún más fuerte en las localidades con menor cantidad de habitantes.
En el relato, Núñez recoge sueños, deseos y anhelos de niños, niñas y jóvenes, que van desde los cuatro años hasta los 23.
Un libro “cargado de luz”, así lo describe Fabiana Condon, psicóloga especializada en violencia infantil y adolescente, que fue la encargada de escribir el prólogo. “Leer y conectar con estos sueños me recontra movilizó”, confiesa en diálogo con Montevideo Portal y reconoce que lloró “bastante” mientras los leía.
“Es un libro que habla mucho de la potencia, de las ganas de vivir y de enunciar, de creer que es posible transformar la realidad de mujeres y gurises que viven situaciones de violencia estructural, de estigma y de exclusión”, detalla, al tiempo que subraya que “también es un libro de denuncia”.
“Un libro que nos encuentra, nos moviliza, nos desafía en revisarnos, en revisar nuestros prejuicios y hacernos parte como sociedad para construir una sociedad más justa, más amorosa”, reflexiona.
Rosado y celeste
Núñez cuenta que lo que le llamó la atención fue la “repetición” de los sueños a nivel generacional. “Nietos soñando lo mismo que las abuelas”, recuerda y menciona que también le "sorprendió cómo está tan arraigado el concepto de que ‘para los varones una cosa y para las nenas otras’, y siempre las mismas”.
Johann sueña con ser futbolista para ayudar a su madre y a sus hermanos, al igual que Ian, que quiere jugar profesionalmente en Peñarol. A Franco, por su parte, le gustaría jugar en la selección uruguaya y en “cuadros de fútbol internacionales”, como Ziadh, que sueña con jugar en Japón.
También está Naiara, que quiere ser maestra jardinera porque le gustan los niños y Evelyn, que cuando sea grande quiere ir "a Corea" y conocer a BTS, el grupo musical surcoreano; además, narra que su otro sueño es ser cocinera “masterchef” como su abuela y viajar por el mundo “haciendo comida para que las personas prueben”.
Sin embargo, están aquellos que rompen con algunos parámetros establecidos y sueñan distinto: Estela quiere ser futbolista, mientras que Federico y Dilan se vuelcan para el lado del arte y sueñan con ser actor y cantante.
En muchos de los relatos se explicita la voluntad de los niños y adolescentes de querer ayudar a sus madres. “Yo creo que en realidad todo hijo que tiene un primer trabajo quiere ayudar a su familia, y me parece que tiene mucho más que ver con el hecho de que a quienes reconocen que tienen que ayudar es a su madre porque es el único referente familiar que tienen y muy pocos dicen ‘ayudar a mi madre y a mi padre’”, observa.
“Quiero sacar adelante a mi madre y hermanas, ganar plata y ayudar a mi madre, que ella ya no tenga que trabajar”, es el anhelo del hijo de una trabajadora sexual que se encuentra privado de libertad y forma parte del 42 % de los hijos de las trabajadores sexuales que pasan en algún momento de su vida por las cárceles uruguayas.
“Estos datos surgen también del contexto de '¿con qué sueñan los hijos de puta?'. Del trabajo que venimos haciendo surgieron millones de cosas, millones de datos que no están en los libros de nadie, entonces por eso sorprende, porque solo los manejamos nosotras [trabajadoras sexuales] y recién están saliendo a la luz”, expone la activista.
Estos deseos y aspiraciones están acompañados por dibujos de Paola Gago. “Los dibujos que están en el libro son algunos, porque en realidad vinieron muchos”, señala la autora.
Las Otras
Desde 1859 se reconoce el trabajo sexual en Uruguay y a partir de 2002 se transforma en ley y se reglamenta. Hoy en el país hay alrededor de 13.000 trabajadoras sexuales “en regla” y 50.000 que están “por fuera del sistema”.
Estas mujeres adultas también sueñan y Núñez plasma estos deseos en su libro. Además, la activista repasa sus historias, llenas de dolor y sufrimiento, que revelan las dificultades para cumplir los sueños; muchos de estos tratan de derechos básicos a los que no pudieron acceder.
- ¿Cómo ves el panorama actual en Uruguay en lo que referente al trabajo sexual?
- No le veo cambio mientras la sociedad no cambie.
Núñez, hija, nieta y bisnieta de trabajadoras sexuales, se “salió de la esquina” en 2018, pero continuó publicando y vendiendo material erótico a través de páginas hasta diciembre del año pasado cuando la contrataron para trabajar en otro empleo.
-En una entrevista para Radio Sarandí decías que aunque te hayas retirado del trabajo sexual, “de que me digan ‘puta’ no me he retirado”. ¿En qué momento esa palabra dejó de tener un uso peyorativo y se resignificó?
- No va a tener nunca una resignificación porque el estigma es algo que no se borra. Lo pueden soslayar, lo pueden disminuir, pero siempre va estar.
- ¿Vos crees que hoy una mujer puede elegir ser trabajadora sexual?
- Yo creo que hoy en día nadie puede elegir nada porque hasta el color de camisa que te ponés está flechado.
“¿Con qué sueñan los hijos de puta?” se puede comprar a partir de este miércoles en “Lo de Molina” (Tristán Narvaja 1578). En agosto, Núñez realizará un lanzamiento en Rivera, San José, Mercedes, Paysandú y Santa Lucía (Canelones).