Cuando Artigas era un niño, la campaña de la Banda Oriental vivía en un gran desorden y Montevideo tenía unos pocos miles de habitantes. Para que te hagas una idea y puedas comparar, hoy viven en la capital de Uruguay alrededor de un millón y medio de personas. En este mes en el que se conmemora el natalicio de Artigas, La Mochila te presenta un material del profesor Enrique Méndez Vives a partir de una adaptación de textos de su libro titulado Artigas.


La familia

Juan Antonio Artigas
El abuelo de José nació en España e inició su vida militar a los 16 años. En 1717 se radicó en Buenos Aires, donde contrajo matrimonio con Ignacia Javiera Carrasco. Pasó a Montevideo a la cabeza de una de las primeras familias que compartieron los difíciles comienzos de la ciudad-fortaleza. Recibió lotes de tierra como todos los jefes de familia: un solar en la ciudad y una chacra a orillas del arroyo Miguelete.
En la reducida sociedad colonial, Juan Antonio destacó rápidamente. Fue capitán de milicias y alcalde de la Santa Hermandad (policía de la zona rural cercana a Montevideo). Sus servicios le valieron una nueva donación de tierras: una estancia sobre el arroyo Pando. Los documentos de la época presentan a Juan Antonio Artigas como celoso cumplidor de sus tareas de vigilancia. Recorrió buena parte de la Banda Oriental persiguiendo grupos de salteadores y más de una vez luchó contra los portugueses en la frontera. A los setenta años aún realizaba campañas. Poco antes de morir (1775) recibió una nueva recompensa: la estancia de Casupá, en el actual departamento de Florida.

Don Martín José
Martín José Artigas, padre de José, también fue apreciado en la sociedad montevideana. Ocupó cargos en el Cabildo y mostró capacidad y valor militar. Como defensor de la fortaleza de Santa Tecla, fue testigo de la ambición portuguesa por conquistar todo el territorio hasta el Río de la Plata y el río Uruguay.
En 1776 pidió el retiro. El gobierno español dictaminó: "el Capitán Don Martín José Artigas está muy achacoso; ha servido 44 años con aplicación y celo y lo considero acreedor a su retiro".
Pero su vida conoció otro episodio. A los 80 años integró la caravana del éxodo (la redota) del pueblo oriental conducido por su hijo José. Vivió todavía diez años más.

Nacimiento de José Artigas
Fue el tercer hijo de Martín José y Francisca Antonia Aznar. Nació el 19 de junio de 1764 en Montevideo, que por entonces tenía unos mil habitantes. Asistió a la escuela del convento de San Bernardino, a cargo de sacerdotes franciscanos.
En las tierras de su familia, el José Artigas adolescente conoció las habilidades del hombre de campo y su carácter, elementos clave en el período revolucionario.
En su juventud, ya con experiencia y numerosas amistades, se lanzó a trabajar por su cuenta como negociante de cueros. Anduvo por todo el litoral del río Uruguay y llegó hasta las Misiones, zona que le despertó gran interés y afecto. Parece que vivió algunos años en Soriano. Por entonces, de su unión con Isabel Sánchez nació Manuel, su primer hijo.

El baqueano
Durante varios años Artigas siguió esa vida de "hombre suelto" y casi seguramente fue contrabandista. En aquella época el contrabando era una necesidad. El sistema comercial español estaba cargado de prohibiciones y se pagaban impuestos muy elevados.
Su personalidad ganó prestigio entre los rudos hombres de la campaña. Un relato de 1793 lo presenta "a orillas del Bacacay, circundado de muchos mozos alucinados (cautivados) que acababan de llegar con una crecida porción de animales a vender".

¿Cómo era la campaña donde José Artigas cobró fama?
El territorio estaba dividido en tres jurisdicciones. Dos al sur del río Negro: la del gobierno de Montevideo abarcaba los actuales departamentos de Montevideo, Canelones, San José y Maldonado; el territorio que rodeaba esa zona correspondía directamente al gobierno de Buenos Aires. El norte del río Negro dependía del gobierno de las Misiones Guaraníes (Yapeyú).
En 1800 la campaña solo albergaba entre 20.000 y 25.000 habitantes, entre ellos indios charrúas y otros grupos indígenas no sometidos a los blancos y, quizás, unos dos mil gauchos, llamados así por lo menos desde 1770. Eran casi nómadas, reacios a acatar cualquier autoridad. Se movían en aquella tierra de nadie que por lo mismo era tierra de todos. La carne, su alimento casi exclusivo, se conseguía sin esfuerzo. Obtenían yerba, tabaco, género y caña de Brasil a cambio de cueros y sebo. Diestros jinetes, cruzaban a su antojo campos sin fronteras definidas y sin obstáculos insalvables.
Cuando fue necesario establecer cierto orden en la producción pecuaria, las estancias comenzaron a sustituir las vaquerías. En el Sur aumentó ligeramente la población sedentaria, dispuesta a afrontar diversos peligros: hacendados, chacareros, propietarios de saladeros, pulperos, peones (entre ellos negros, esclavos e indígenas llegados de las Misiones o del Paraguay). Unos pocos peones bastaban.

En esta nota te hemos contado los primeros años de vida de Artigas y el contexto que lo vio nacer y crecer. José Artigas falleció el 23 de setiembre de 1850, en Paraguay. Los últimos 30 años de su vida los pasó en esa nación. Pero el motivo por el que lo recordamos tiene que ver con su acción como caudillo de la revolución en el Río de la Plata.

Fuente: Artigas de Enrique Méndez Vives, Ediciones de la Banda Oriental, y Artigas y la patria grande, del mismo autor.