Vinculado a los canes casi desde su nacimiento, Andrés Peirano abandonó una promisoria carrera en la Fuerza Aérea luego de que sus experiencias en Congo le llevaran a volcarse por completo a su vocación por los perros.
Tal como lo relatara en diálogo con Montevideo Portal, el contacto con la violencia y la indefensión de los más débiles le llevó a concebir un proyecto único: entrenar perros callejeros como sistema de alerta temprana y protección de mujeres y niños. Estos animales podrían prestar un valioso servicio en lugares -como el mencionado país africano- donde la población civil está a menudo indefensa ante el accionar de grupos armados.
En la actualidad, Peirano ejerce como entrenador y da cursos de capacitación en la materia. También realiza tareas de apoyo emocional mediante perros entrenados, dirigidos a confortar a personas que han pasado por experiencias traumáticas, como el caso de quienes se ven afectados por inundaciones, algo tristemente frecuente en nuestro país.
A continuación, Peirano comparte sus impresiones acerca de la primera edición de un torneo de gran importancia para el ámbito del deporte de pastoreo.
El pastoreo con perros nace como deporte en el Reino Unido cuando los productores rurales, mayormente productores ovinos, comenzaron a reunirse para mostrar las capacidades de trabajo con sus perros, esto hace que si bien es un deporte hoy en día y mucha gente lo practica como tal, esté fuertemente ligado con el trabajo en el campo y con las tareas diarias que el humano y su perro realizan normalmente.
El animal elegido para esta tarea no es un detalle menor. El border collie es reconocido por ser la raza de perros más inteligente. Descendiente de una variedad de collie originaria de las islas británicas, tiene un origen céltico y su nombre en lengua galesa significa "útil". Todos los perros de este tipo que viven hoy en día descienden de un solo ejemplar macho llamado Old Hemp, que fue el primero en mostrar el instinto de pastoreo de esta raza y aportó una forma silenciosa y precisa de conducción del ganado.
En Uruguay, el deporte de pastoreo es una disciplina en crecimiento y muchos productores rurales que trabajan tanto con ovinos como con bovinos, están aprendiendo a entrenar sus propios perros, ya que es una disciplina sumamente amigable con el ganado de cualquier tipo y que facilita la tarea diaria a la hora de mover el rebaño por cualquier razón.
El pasado mes de agosto se llevó a cabo la cuarta etapa del campeonato ¨Amigos de la Frontera¨ en la localidad de Lavras do Sul en Rio Grande do Sul, Brasil. Este peculiar campeonato, que se realizó por primera vez y que tuvo su primera etapa en el mes de marzo en la ciudad de Yaguarón, fue organizado por uruguayos y brasileños que deseaban competir en esta disciplina sin tener que viajar grandes distancias, razón que los une entorno a la frontera entre ambos países y que suma también a participantes argentinos. El certamen se dividió en tres categorías: Novatos, categoría para primerizos, Ranch, que es un nivel intermedio y Open que es la categoría más avanzada y de mayor dificultad. Uruguay tuvo representantes en las tres.
Los competidores orientales y sus canes debieron viajar unos seiscientos kilómetros para llegar al lugar de competencia y el viaje no es fácil ya que los caminos y rutas tienen tramos verdaderamente desafiantes para el conductor. Estando allí hablamos con todos ellos.
José Luis Navarro fue el representante uruguayo en la categoría de novatos. Productor rural de la localidad rochense de Arroyo Don Carlos, participó con una perra prestada con el objetivo de ganar experiencia dando sus primeros pasos y buscando aprender para mejorar en el futuro.
En la categoría Ranch participaron dos competidores por Uruguay, Heinrich Herbst y Soledad Arte. Heinrich es un sudafricano oriundo de la localidad de Belluille en Ciudad del Cabo, que decidió dejar el trabajo de oficina en Sudáfrica y venir a Uruguay a trabajar en el campo. Está afincado como productor en el departamento de Rocha, y compitió con su perra Gina, de dos años. Soledad llegó desde Camino del Indio, también en Rocha, para competir junto a su perra Taila, de tres años y medio.
Adriana Soler fue la competidora uruguaya en la categoría Open. Productora rural de la localidad de Juan Soler, en el departamento de San José, cuenta con diez años de experiencia en el pastoreo profesional, y participó con tres de sus perros: Samba de seis años, Ruth de siete y Elvis de tres. Este último animal fue muy felicitado, y Adriana viajará próximamente junto a él a Inglaterra para entrenar y competir en la cuna del pastoreo, buscando mejorar cada vez más.
En este tipo de torneo, los competidores no solo deben saber entrenar y conducir a sus perros por la pista, sino que también deben conocer ¨la oveja". Esto significa que deben prestar atención al comportamiento de este animal, a su estado físico y emocional para poder conducir el rebaño por la pista de la mejor manera posible. En esto influye desde el clima hasta la hora del día en la que les toca competir, haciendo de la oveja un elemento sumamente importante e influyente en el desempeño del equipo.
Obviamente, los canes deben mostrar que saben cuidar de estos animales ya que tal como se expresara líneas arriba, esta es una disciplina deportiva que nace del trabajo en el campo, por lo que el bienestar del ganado no es un detalle menor, ya que es el sustento de todos los participantes. En la competencia pudimos ver cómo se prestaba especial atención a este aspecto, cuidando muchísimo tanto a los perros como a las ovejas. Las mordidas, por ejemplo, son causa de descalificación inmediata.
Los competidores todos, sin importar la categoría o el rendimiento en la etapa, mostraron un elemento en común: estaban sumamente contentos con el trabajo realizado junto a sus perros y transmitieron una sensación de hermandad. El ambiente fuera de la pista era de intercambio de conocimientos, de apoyo mutuo entre los competidores de todos los países y categorías.
Sin duda el campeonato ¨Amigos de la Frontera¨ es un evento único que hermana a tres naciones en torno al trabajo que comparten diariamente. En él se formó una comunidad internacional con el objetivo de mejorar, de profesionalizarse y de compartir, y eso se nota. Las fronteras ya no son líneas que nos separan sino puntos de encuentro, un lugar donde olvidar las diferencias y ver las cosas en común que nos unen, y el perro es lo que hace todo esto posible.
Andrés Peirano
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