El Ministerio de Salud Pública (MSP) notificó un caso de rabia en un gato doméstico en Salto algunas semanas atrás. Según informó la cartera en ese momento, el último caso de rabia canina ocurrió en 1983, en el departamento de Rocha, pero subrayó que este hallazgo “constituye la primera confirmación de un salto de especie en nuestro país”.
Por ello, “es necesario comprender la importancia de esta situación y manejarla adecuadamente entre todos”, indicó la cartera.
¿Qué es la rabia?
La rabia es una zoonosis —es decir, se transmite de los animales al hombre— producido por el virus rábico. Los principales agentes transmisores son los murciélagos y la saliva de los perros, pero también pueden serlo gatos, zorros, zorrinos u otros animales similares, según detalla un afiche difundido por la Comisión de Zoonosis del MSP.
Su período de incubación es de tres semanas a seis meses. A su vez, el virus está presente en la saliva “más o menos unos cinco días antes de que empiecen los síntomas”, según dijo a Montevideo Portal Gabriela Willat, directora de la Unidad de Zoonosis y Vectores de la secretaría de Estado.
¿Cuáles son los síntomas?
“En general son síntomas nerviosos. O sea, tanto en los animales como las personas empieza con sensación en el lugar de la mordedura, por más que pueden haber pasado meses y quizá esa mordedura haya cicatrizado”, sostuvo la jerarca del MSP.
Después hay “cambios de conducta”: “En los animales se nota una agresividad (generalmente hay una etapa llamada ‘furiosa’), y eso implica hiperexcitabilidad, hay un aumento de salivación, hay una dilatación de las pupilas”, detalló.
En tal sentido, indicó que estas agresiones se dan “sin una justificación”.
Luego “hay como un deambular porque el animal se siente raro, las personas también lo relatan así”. Según señaló, pueden llegar a caminar “kilómetros, a veces”.
A continuación “empieza una parálisis progresiva”, lo que explica también la caída de saliva (porque no pueden tragar). “Después esa parálisis termina en el decúbito, en que el animal queda de lado, y la muerte sobreviene generalmente por parálisis respiratoria”, apuntó Willat.
¿Cómo prevenir la rabia?
Es “fundamental” la vacunación de los animales, enfatizó la directora de la Unidad de Zoonosis. La inoculación debe ser a partir de los tres meses y luego durante toda su vida, una vez por año.
“Eso es lo más importante, porque ahí los protegemos a ellos y nos protegemos a nosotros indirectamente”, insistió.
Por otro lado, también es “igual de importante” la consulta médica ante una mordedura, profundizó.
Al respecto, ante la mordida de un animal doméstico, se debe estar al tanto de la conducta de la mascota. “Si observamos desde el momento en que nos muerden hasta 10 días después, si el animal no presenta síntomas y al terminar los 10 días está vivo, eso quiere decir que no nos pudo transmitir la rabia”, comentó; esto “evita que hagamos vacunaciones sin una razón”, ahondó.
Por el contrario, si la mordida fue por un gato de la calle o un perro vagabundo, “ahí sí corresponde empezar el tratamiento antirrábico”, aseveró Willat. Esto implica ir a un médico que dé la orden para ir a un vacunatorio e inocularse (de forma gratuita). Las dosis del inyectable son cuatro, indicó.
De todas formas, Willat hizo hincapié en la importancia de la consulta médica. “Por más que sea una lesión que parece pequeña o que es el perro de tu casa, siempre es bueno consultar al médico”, arguyó, al tiempo que recalcó también la figura del veterinario “si hay un cambio de conducta en el animal”.
¿Qué fue lo que ocurrió en Salto y qué acciones lleva adelante la cartera?
“Fue como un accidente en este ciclo silvestre [entre murciélagos insectívoros en las ciudades], que este gato seguramente cazó un murciélago y tuvo contacto con él”, argumentó la experta.
Así, según expresó, este hecho puede darse “en cualquier momento [y] en cualquier otro lado” del país. “Es algo que veníamos previendo que podía ocurrir. En el momento en que diagnosticás murciélagos positivos, esto puede ocurrir”, argumentó.
En respuesta, el MSP trazó un área de trabajo de 500 metros de radio del caso diagnosticado. “Se trabaja en esa área definida buscando personas expuestas —en este caso mordidos— y vacunando perros y gatos, se trata de llegar al 100% de la población de animales en esa zona”, apuntó.
También se buscaron animales que hayan muerto en los últimos 15-20 días sin diagnóstico o con sintomatología nerviosa y se alertó a las clínicas veterinarias de la zona, acotó finalmente Willat.