Los padres pueden ser muy efectivos para sus hijos adolescentes con solo hacerles saber que están siendo observados de cerca, informa un estudio reciente.
Los adolescentes son menos propensos a beber, fumar o usar drogas cuando los padres controlan sus actividades, según los hallazgos publicados en el Journal of Studies on Alcohol and Drugs.
Es más, los adolescentes no necesitan ser descubiertos ni una vez por sus padres para alejarse de alcohol y drogas, según muestran los resultados.
La simple conciencia de que los padres están monitoreando su conducta terminó reduciendo el uso de alcohol o drogas por parte de los adolescentes en un 40%, sin que se repartiera ningún castigo real, encontraron los investigadores.
“Algunos padres piensan que beber o usar drogas es algo que los niños simplemente van a hacer, pase lo que pase, pero eso no es cierto. Los padres pueden marcar la diferencia”, señaló el investigador principal, William Pelham, profesor asistente adjunto de psiquiatría de la Universidad de California, en San Diego, en un comunicado de prensa recogido por Healthday News.
Estudios anteriores han encontrado que los adolescentes son menos propensos a consumir drogas, alcohol o tabaco si tienen padres que permanecen al tanto de sus actividades, conocen a sus amigos y saben su paradero cuando no están en casa, dijeron los investigadores.
Hasta ahora, la suposición ha sido que el monitoreo funciona porque es más probable que los padres agarren a los niños con las manos en la masa e inflijan algún tipo de represión, como castigarlos o quitarles sus teléfonos inteligentes, explicó el profesional.
Pero parece que esa suposición es errónea, según las respuestas a la encuesta de más de 4.500 niños de 11 a 15 años de comunidades de todo Estados Unidos.
En general, casi un 4% de los niños dijeron que habían consumido alcohol o drogas en el mes anterior, y no hubo evidencias de que la supervisión de los padres hubiera aumentado las probabilidades de que los adolescentes fueran descubiertos.
Por otro lado, otros niños dijeron que hubo momentos en el mes anterior en los que tuvieron la oportunidad de beber o consumir drogas, pero optaron por no hacerlo por temor a que sus padres se enteraran, muestran los resultados.
Si no fuera por esas dudas, el uso de sustancias habría sido un 40% más alto entre los adolescentes del estudio, señalaron los investigadores.
En otras palabras, si los adolescentes saben que sus padres los están vigilando, eso podría ser suficiente para evitar que muchos beban o consuman drogas, dijo.
Pelham advirtió que eso podría no aplicarse a todos los adolescentes. El estudio se enfocó en adolescentes más jóvenes que no eran grandes consumidores de sustancias.
Los niños con problemas más graves de uso de sustancias podrían necesitar consecuencias negativas para corregirlos, concluyó.
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