Científicos de la Universidad de Halle (centro de Alemania) llevaron a cabo uno de los primeros exámenes minuciosos acerca de cómo se puede transmitir un virus entre una multitud en un espacio interior y se basa en el análisis de tres eventos consecutivos del cantautor alemán Tim Bendzko el pasado agosto.
"Sabíamos que la ventilación era importante, pero no tanto", explica a Efe el doctor Stefan Moritz, jefe de infectología clínica del hospital universitario de Halle, y que asegura que este estudio ayudará a los expertos a identificar qué tipo de ventilación es el más adecuado para estos eventos.
Para medir los contactos durante el concierto primero se hicieron test de coronavirus a unos 1.400 voluntarios presentes en el evento, se les tomó la temperatura antes de acceder al lugar y se le entregó a cada persona un desinfectante de manos mezclado con un tinte fluorescente y un rastreador de ubicación digital.
El procedimiento se aplicó en las tres fechas de los conciertos organizados en el Quarterback Immobilien Arena de Leipzig y se varió el criterio de distancia social para comparar resultados: en el primer concierto no hubo distanciamiento, en el segundo fue moderado y finalmente en el último se mantuvo una distancia social de 1,5 metros entre asistentes.
Los resultados fueron mejorando a medida que el distanciamiento social aumentaba, siendo mayor el riesgo de contagio en el primer concierto que en el último y también se observó que durante el primer tiempo y los descansos aumentaban el número de contactos, aunque muy pocos superaban los 15 minutos que se necesitan para propagar el virus.
Los investigadores también utilizaron una máquina de humo para observar el movimiento del aire dentro del lugar y calcular así la probabilidad de exposición a aerosoles, llegando a la conclusión de que la circulación regular de aire nuevo disminuye la probabilidad de exposición.
Como resumen del estudio, los investigadores ofrecieron algunas recomendaciones para los futuros conciertos: instalar sistemas de ventilación que renueven el aire en el lugar, implementar descansos para comer y beber sentados, exigir el uso de mascarillas y garantizar que los asistentes puedan acceder al lugar a través de múltiples entradas.
"Si la gente lleva mascarilla todo el tiempo, si están sentados en sus sitios - también para comer y beber -, si el sitio tiene un buen sistema de ventilación, varias entradas y si los eventos solo permiten la mitad del aforo... entonces el riesgo es muy bajo pero no podemos decir que no hay riesgo", admitió Moritz.
Otro de los investigadores, Michael Gekle, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Halle, dijo a Efe que "la segunda ola ha sido causada por grandes fiestas privadas como bodas y no conciertos", y el motivo es que "las personas no mantienen la distancia, no llevan mascarilla y vienen de distintas partes del país".
Con información de EFE