Las lesiones cardíacas sufridas por los padres —especialmente en edades tempranas— pueden afectar a la salud del corazón de sus hijos, según concluyó un estudio internacional liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) de España y la Universidad de Berna, en Suiza.

El trabajo, publicado en la revista científica Circulation, plantea que el daño cardíaco experimentado en etapas tempranas de la vida no solo tiene efectos duraderos en quien lo padece, sino que también puede dejar una “memoria biológica” capaz de transmitirse a la descendencia.

“Hasta ahora se sabía que el estrés en los primeros años de vida tenía consecuencias a largo plazo en la salud. Sin embargo, se conocía poco sobre cómo ese impacto podía afectar a la siguiente generación”, explicó el CNIC en un comunicado.

Los investigadores analizaron esta hipótesis en un modelo experimental con ratones. El equipo dirigido por Nadia Mercader, investigadora del CNIC y de la Universidad de Berna, comprobó que las crías de ratones cuyos padres habían sufrido una lesión cardíaca presentaban alteraciones funcionales en el corazón.

Según detalló Benedetta Coppe, primera autora del estudio, se observó en las crías una “expansión transitoria del ventrículo izquierdo durante las primeras semanas de vida”, a pesar de que la única diferencia entre los grupos era que en uno de ellos el padre había tenido una lesión cardíaca, y en el otro no.

Estos hallazgos abren una nueva vía de investigación sobre los mecanismos hereditarios en las enfermedades cardiovasculares y podrían influir en cómo se recopila la historia clínica familiar, subrayaron los autores.

En Europa, alrededor de 30.000 niños requieren cirugía cardíaca cada año. Comprender si estas intervenciones en edades tempranas pueden dejar una huella intergeneracional ayudaría a mejorar el abordaje y la prevención de enfermedades del corazón.

Con información de EFE