Por The New York Times | Gina Kolata
Tras 10 años de trabajo, investigadores médicos de la Universidad de Columbia desarrollaron un método muy rápido y barato para detectar los cromosomas sobrantes o faltantes que suelen ocasionar abortos espontáneos o defectos congénitos graves.
El método, descrito la semana pasada en la revista New England Journal of Medicine, tarda menos de dos horas con un dispositivo del tamaño de la palma de la mano y cuesta 200 dólares por uso. Con los procedimientos de análisis actuales, las mujeres terminan pagando entre 1000 y 2000 dólares, que con frecuencia no cubre el seguro.
La técnica, desarrollada por Zev Williams, director del Centro de Fertilidad de la Universidad de Columbia, y sus colegas, utiliza células y tejidos obtenidos a partir de los procedimientos existentes de cribado prenatal de embriones y fetos o de tejidos obtenidos tras abortos espontáneos. Su ventaja principal es que no es necesario enviar las células o el tejido a un laboratorio de análisis, pues este puede hacerse en el mismo consultorio que obtuvo el material y los resultados están listos en horas en lugar de días o semanas.
Los resultados de Williams aún deben ser confirmados por estudios externos, pero si el método se generaliza, podría ayudar a más mujeres que han tenido abortos espontáneos a entender mejor su causa. En el caso de las mujeres que se someten a la prueba de los embriones durante la fecundación in vitro, también evitaría las largas esperas de los resultados. Lo mismo ocurriría con las mujeres que se someten a pruebas prenatales del feto mediante la amniocentesis o la biopsia de las vellosidades coriónicas, conocida como MVC. Para las mujeres de los estados que han restringido el aborto a las primeras 15 o 18 semanas, el método podría darles un poco más de tiempo para decidir si interrumpen el embarazo.
Los métodos de detección actuales, que se envían a laboratorios centralizados, implican tiempos de espera largos para las mujeres. El mayor retraso en la obtención de los resultados de las pruebas corresponde a las mujeres que han sufrido abortos espontáneos. Es probable que estas tengan que esperar varias semanas, porque los laboratorios primero deben cultivar las células para tener miles de ellas y poderlas examinar, afirmó James Grifo, director del programa del Centro de Fertilidad Langone de la Universidad de Nueva York, quien no participó en el estudio nuevo.
Mark Hornstein, director del Departamento de Endocrinología Reproductiva e Infertilidad del Brigham and Women’s Hospital de Boston, señaló que las células cultivadas a veces morían antes de poder examinarlas.
“Es muy difícil mantener las células vivas y sin contaminar durante tres semanas”, dijo Hornstein. “Muchas veces, no conseguimos que crezcan. Esperamos tres semanas y luego el laboratorio nos dice: ‘No tienen células’”.
La nueva prueba evita estos retrasos gracias a un método llamado secuenciación por nanoporos, que se desarrolló para leer las secuencias de cadenas muy largas de ADN, pero que no se ha utilizado para buscar anomalías cromosómicas.
Williams y sus colegas modificaron la preparación de las muestras de ADN para usar la secuenciación por nanoporos con fragmentos pequeños de ADN. Cada segmento de ADN debe aparecer como dos copias, una de cada cromosoma. Si hay tres copias, significa que hay un cromosoma de más; si hay una copia, significa que falta un cromosoma.
Las pruebas cromosómicas les pueden proporcionar información relevante a las mujeres y a sus médicos, porque los cromosomas sobrantes o ausentes suelen ser mortales para los embriones. Los fetos que sobreviven con estos cromosomas suelen tener graves defectos de nacimiento. El ejemplo más conocido, el síndrome de Down, “en realidad es uno de los más leves”, afirmó Williams.
Este dato puede ser importante para la fecundación in vitro (FIV). Cuanto mayor es una mujer, es más probable que un embrión presente anomalías cromosómicas. En el caso de las mujeres de 30 años, el riesgo es del 25 por ciento; en las mujeres de 42 años es del 75 por ciento.
Por lo general, las mujeres que se someten a la FIV y que optan por someter a sus embriones a pruebas antes de la implantación pagan estas pruebas. Los embriones se congelan para conservarlos mientras se realizan las pruebas y la mujer tiene que esperar al ciclo menstrual del mes siguiente para la implantación.
Mientras que los resultados de las pruebas con tejidos procedentes de abortos espontáneos tardan semanas, los laboratorios centrales obtienen los resultados de las pruebas con embriones o fetos de tres a cinco días. Esto se debe a que las células de un embrión o feto no crecen bien en cultivo, explicó Grifo, por lo que las células se analizan antes, pero con una ligera reducción en la precisión.
No obstante, el método nuevo arroja resultados de esas mismas pruebas en embriones o fetos el mismo día, en cuestión de horas.
La prueba nueva también podría ayudar a solucionar un problema de las pruebas prenatales en un puñado de estados que solo permiten el aborto durante las primeras 15 o 18 semanas de embarazo.
La amniocentesis suele realizarse entre las 15 y 20 semanas y la prueba MVC entre las semanas 11 y 14. Si una mujer espera los resultados de las pruebas durante días, en algunos estados podría ser demasiado tarde para interrumpir su embarazo.
Williams y sus colegas probaron su método mediante el análisis de 218 muestras y compararon sus resultados con los de las pruebas estándar de las mismas muestras.
Los resultados fueron idénticos en el caso del líquido amniótico y los tejidos de la MVC, pero en uno de los 52 embriones examinados, la prueba estándar halló un cromosoma 21 extra, lo que significa síndrome de Down, mientras que la prueba nueva no lo hizo.
“Solicitamos que el laboratorio clínico volviera a analizar esa muestra, pero ya no tenían material para hacerlo, por lo que no podemos determinar cuál era el resultado correcto”, comentó Williams.
Las pruebas de 10 muestras de abortos espontáneos examinadas con el nuevo método fueron diferentes a las de la prueba estándar, pero resultó que ésta era errónea.
El grupo también demostró que un grupo de técnicos podía aprender rápidamente a realizar la prueba y obtener resultados precisos.
“Es un gran comienzo”, dijo Grifo, y añadió que le gustaría que la precisión de las pruebas de embriones fuera del cien por ciento, pero dijo que confiaba en que así sería.
Hornstein, quien tampoco participó en el estudio, advirtió que la prueba aún no está lista para su uso generalizado. También señaló que es necesario que haya estudios independientes que confirmen que sus resultados son precisos y debe haber pruebas de que es “suficientemente fácil en el aspecto técnico como para que cualquier laboratorio pueda hacerlo”.
Pero añadió que, si se cumplen esas condiciones, espera que la prueba se adopte de manera generalizada. Se desarrolló un dispositivo del tamaño de la palma de la mano para un método llamado secuenciación por nanoporos, el cual lee las secuencias de cadenas muy largas de ADN. (Centro de Fertilidad de la Universidad de Columbia vía The New York Times) Se desarrolló un dispositivo del tamaño de la palma de la mano para un método llamado secuenciación por nanoporos, el cual lee las secuencias de cadenas muy largas de ADN. (Centro de Fertilidad de la Universidad de Columbia vía The New York Times)
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