Además de ser una buena noticia respecto al brote de ébola que se está propagando ahora a lo largo de la República Democrática del Congo, esta historia de éxito fomenta la investigación para el desarrollo de vacunas similares contra otras enfermedades infecciosas, añadieron los investigadores.

En el nuevo estudio, los científicos británicos analizaron las muestras de sangre tomadas de voluntarios sanos que habían recibido uno de tres regímenes de vacunación contra el ébola más de dos años antes.

Los resultados mostraron que las tres vacunas "seguían produciendo una potente respuesta de anticuerpos de la enfermedad dos años y medio tras la inmunización, lo que es una noticia realmente buena", señaló la coautora del estudio, Katie Ewer, de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, según informa HealthDay News.

El estudio fue presentado el lunes en la reunión anual de la Sociedad Americana de Medicina Tropical e Higiene (American Society of Tropical Medicine and Hygiene), en Nueva Orleáns.

Una de las vacunas ya se está utilizando para combatir el brote en el Congo, que los trabajadores humanitarios están teniendo dificultades para contener porque se está desarrollando en una zona de conflicto altamente peligrosa. Ya se han confirmado 155 muertes desde que se declaró el ébola en la región norte del país en agosto, y los miedos de una epidemia que cruce fronteras aumentan, dado que se han reportado casos nuevos cerca de la frontera con Uganda, reportó esta semana el periódico The Telegraph.

Por otra parte, las otras dos vacunas contra el ébola se están utilizando como plataformas para nuevas vacunas contra varias enfermedades más que tienen el potencial de provocar epidemias, entre ellas la fiebre de Lassa, la enfermedad por el virus de Nipah, y el síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio (MERS-CoV, por sus siglas en inglés).

"El trabajo para encontrar una vacuna contra el ébola que se intensificó tras el brote en África occidental [2013-2016] ha producido una explosión en el desarrollo de las vacunas que podría dejarnos mucho mejor preparados para combatir otros brotes de enfermedades infecciosas", afirmó Ewer en un comunicado de prensa de la sociedad.

"Ha ayudado a los legisladores y financiadores a comprender la necesidad. Y ese respaldo ha ayudado a validar unas plataformas de vacunas nuevas, incluyendo una que es adaptable para varias enfermedades virales", explicó Ewer.

El coautor del estudio, el Dr. Matthew Snape, también de la Oxford, señaló que los hallazgos "serán invaluables al decidir qué estrategia utilizar para inducir una protección de larga duración, por ejemplo en los trabajadores de atención de la salud en las áreas que pasan por brotes de ébola".

Snape añadió que "otra pregunta importante es si la persistencia de esta respuesta inmunitaria se puede mejorar al administrar una 'dosis tardía de refuerzo' de la vacuna entre 3 y 4 años tras la inmunización original, y estudiaremos este tema con trabajos adicionales en Reino Unido y Senegal el próximo año".

Las investigaciones presentadas en reuniones se deben considerar preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.