Al salir a trabajar o hacer compras básicas, las posturas sobre el uso de mascarillas, tapabocas, barbijos eran confusas. Ahora, organismos internacionales aconsejan su uso, aunque con ciertas condiciones. También lo hace el Ministerio de Salud Pública en nuestro país.
Afectados por una sobredemanda mundial, los tapabocas son objeto de una verdadera guerra global para quedarse con la mayor cantidad posible, especialmente con aquellos cumplen con los más altos estándares de calidad.
Más allá de que el precio y la escasez sean obstáculos para su adquisición, también es recomendable dejar ese tipo de mascarillas en manos de los profesionales de la salud y de quienes trabajan en "primera línea", expuestos al contagio. Por ello, es una buena alternativa que el resto de la población se proteja con barbijos caseros.
Desde el Instituto Pasteur de Montevideo se recuerda que una mascarilla puede ayudar a bajar el riesgo de contagio, sobre todo reduce la posibilidad de que los infectados asintomáticos puedan contagiar. Y si bien las de confección casera no son perfectas, pueden retener las microgotas que expulsamos al hablar y que son contagiosas.
En su web, la mencionada institución publicó una serie de consideraciones y tutoriales para la correcta confección y utilización de estos artículos, material que compartimos debajo de estas líneas.
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