Dos personas que sufrieron lesiones medulares parciales que
les causó paraplejia han vuelto a caminar sin ayuda e incluso pueden subir y
bajar escaleras gracias a la aplicación pionera de la estimulación cerebral
profunda (ECP) en una pequeña zona del cerebro cuya influencia en la capacidad
motora se desconocía hasta ahora, según ha demostrado una investigación
científica realizada en Suiza.
El uso de la técnica para el tratamiento de trastornos del movimiento (como
párkinson) está muy extendida, pero es la primera vez que se aplica al
hipotálamo lateral, una zona del cerebro asociada a funciones básicas como el
hambre o la sed, pero que ahora ha demostrado tener también un papel clave en
la marcha.
Los investigadores, procedentes de la Escuela Politécnica Federal de Lausana
(EPFL) y de los Hospitales Universitarios de Lausana, constataron que el uso de
la ECP en esa región del cerebro no solo producía resultados inmediatos en la
mejora de la marcha de los pacientes durante la rehabilitación, sino también mejoras
neurológicas a largo plazo al favorecer la reorganización del tejido nervioso
afectado.
Según el neurocientífico y coordinador del proyecto, Grégoire Courtine, estos
resultados demuestran que el cerebro desempeña un "papel clave" en el
proceso de recuperación de la marcha tras una parálisis.
Para llegar a esa conclusión, el equipo extrajo imágenes cerebrales en alta
resolución de varios individuos y creó mapas detallados de la actividad
anatómica y funcional de las neuronas de todo el cerebro, lo que permitió
determinar la relevancia del hipotálamo en la capacidad de andar.
Estos resultados fueron aplicados entonces en ensayos preclínicos con roedores,
a los que sometió a estimulación cerebral profunda con electrodos instalados en
el hipotálamo lateral, lo que permitió identificar los circuitos precisos
implicados en la recuperación de la marcha.
Por último, la neurocirujana y codirectora del proyecto, Jocelyne Bloch,
extrapoló estos resultados a intervenciones quirúrgicas de dos pacientes que
sufrían lesiones medulares parciales y que, tras ser implantados y sometidos a
la estimulación, aseguraron "sentir de nuevo las piernas" y tener
"ganas inmediatas" de andar.
"En ese momento supe que estábamos ante un gran descubrimiento en la
organización anatómica de las funciones cerebrales", ha comentado Bloch.
Uno de los primeros en recibir este implante fue el paciente Wolfgang Jäger, un
austriaco que hace 18 años tuvo un accidente de esquí y quedó parapléjico, pero
que ahora puede caminar (aun con andador), y subir y bajar escalones.
Ante el caso exitoso de Jäger y de otro voluntario, el equipo planea ahora
combinar la estimulación cerebral profunda con otras tecnologías como los
implantes medulares, a fin de seguir abriendo el camino a nuevas aplicaciones
terapéuticas para mejorar la recuperación de la marcha.
EFE