En el marco del Día Nacional de Prevención del Suicidio, el Ministerio de Salud Pública (MSP) compartió las cifras definitivas de suicidio correspondientes al 2023, procesadas por el Departamento de Estadísticas Vitales, que dieron cuenta de que el año pasado hubo 763 muertes por suicidio. Esto constituye una tasa de 21,39 cada 100 mil habitantes.
Ese número continúa ubicando a Uruguay como el tercer país con mayor tasa de suicidios en América Latina, luego de Guyana y Surinam.
“El hecho de que la población uruguaya sea sumamente envejecida y que los adultos mayores son quienes tienen mayor prevalencia, causa que nuestras cifras sean especialmente altas”, comentó la directora del programa de salud mental, Alejandra Moreira, quien presentó estos datos en el marco del evento de lanzamiento de la “Guía de práctica clínica para el abordaje de la conducta suicida en el Sistema Nacional Integrado de Salud”.
En la perspectiva comparativa con años anteriores se ve una baja con respecto al 2022, cuando la tasa se ubicó en 23,2 cada 100 mil habitantes. Esto significa que hubo 60 muertes menos por suicidio con respecto al año anterior, es decir, un 7,3% menos.
Sin embargo, la gráfica comparativa proporcionada por el MSP, que tiene datos desde 2013, muestra que el número va en ascenso: ese año, la tasa bruta de suicidios se ubicó en 16,1 cada 100 mil habitantes.
Si la cifra de 2023 se divide según el sexo, 33 cada 100 mil suicidios fueron cometidos por hombres, frente a 10,5 cada 100 mil habitantes que fueron mujeres. Esta diferencia se mantiene en el tiempo desde, por lo menos, el año 2000 en Uruguay.
“Este es un fenómeno así en todo el mundo, el suicidio es altamente masculinizado, los hombres lo protagonizan”, comentó.
En las mujeres se ve un aumento de los suicidios con respecto al año anterior: fallecieron 10 mujeres más que en 2022. “Esto habla de mucho. Tenemos que pensar políticas específicas para el género, que tiene factores de riesgo muy importantes, como la violencia y el abuso sexual”, planteó Moreira.
“Estamos investigando, trabajando y profundizando en los datos para ver cómo se explica esto, porque ese 10,5 es la cifra históricamente más alta”, concluyó.
Porcentualmente, del total, hay un 75% de hombres que cometieron suicidio en 2023, y un 25% de mujeres. “Esto cambia un poco, en general es 70/20% la proporción”, acotó la directora del programa de salud mental del MSP.
En la misma presentación se dieron a conocer por primera vez los datos de intentos de autoeliminación en Uruguay, basados en el Sistema Nacional de Registro de Intentos de Autoeliminación del MSP. PAra 2023, este número se ubicó en 4.754 casos, lo que representa una tasa de 137,2 intentos de suicidio cada 100 mil habitantes, aunque la directora del MSP matizó que todavía hay “un subregistro” de este dato.
Cuando se mira el número según el sexo, la mayoría de los intentos de autoeliminación fueron llevados adelante por mujeres (71,6%), mientras que un 28,4% fueron tentativas de suicidios ejecutadas por hombres.
“Las mujeres hacen más intentos de autoeliminación, pero los hombres utilizan métodos más violentos y, por lo tanto, logran más suicidarse”, explicó.
En materia de grupos etarios, la incidencia de la tasa de suicidios es mayor en tres grupos específicos: personas de entre 75 y 79 años; personas de entre 85 y 89 años; y jóvenes de entre 25 y 29 años.
“Es preocupante, en ese sentido se están desarrollando acciones que tienen que ver con una mirada especial a los datos de los adultos mayores”, agregó.
La incidencia por grupo etario en los intentos de suicidio cambia radicalmente con respecto a los suicidios consumados. Quienes buscan suicidarse con más frecuencia están entre los 15 y 19 años (373,9 cada 100 mil habitantes); la franja etaria que le sigue es la de 20 a 24 años (293,2 cada 100 mil habitantes); y luego está la de 25 a 29 años (207,4 cada 100 mil habitantes).
En defunciones por suicidio según método, en la mayoría de los casos se da por “ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación” (526, es decir 68,9%). “Esto hace que el desarrollo de políticas sea más complejo, porque son herramientas que cualquiera puede tener cerca”, planteó Moreira.
Lejos, en segundo lugar, se ubica “disparo de armas de fuego”, con 128 casos, o sea, el 16,8%.
En la mortalidad por suicidio según el departamento, el primer lugar lo ocupa Lavalleja (39,5 cada 100 mil habitantes), le sigue Rocha (37,6 cada 100 mil habitantes) y, en tercer lugar, se ubica Paysandú (37,3 cada 100 mil habitantes).
“Las cifras sobre los departamentos son sumamente dinámicas, cambian año a año. Uno, dos o tres casos pueden variar la tabla y no queremos estigmatizar a los departamentos, sino que son situaciones eventuales”, apuntó la jerarca de Salud Pública.
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