Una persona no tiene que aumentar demasiado peso antes de que su riesgo de necesitar un reemplazo de rodilla aumente de forma sustancial, encontró una nueva revisión de las evidencias.
Aumentar apenas 11 libras (casi 5 kilos) aumenta las probabilidades de que una mujer necesite una cirugía de reemplazo total de rodilla en un tercio, y las probabilidades de un hombre en un cuarto, informaron los investigadores el martes en el Congreso Internacional sobre la Obesidad en Melbourne, Australia.
El dolor y la rigidez de las rodillas también incrementaron con este aumento de peso, mientras que la calidad de vida general y la capacidad de usar las rodillas de las personas disminuyeron, señalaron los investigadores.
La osteoartritis ocurre cuando el cartílago que protege a las articulaciones se desgasta con el tiempo, lo que permite que los extremos de los huesos se rocen entre sí, lo que provoca dolor, hinchazón y rigidez.
Se ha encontrado que perder un 10 por ciento o más del peso corporal total mejora a la artritis de rodilla, pero si se agrava demasiado, los pacientes necesitan una articulación artificial para reemplazar a la dañada.
En este estudio, los investigadores revisaron 20 estudios anteriores que examinaron la relación entre el aumento de peso y la osteoartritis.
Los estudios encontraron que el aumento de peso tenía unos efectos nocivos significativos en la articulación de la rodilla, lo que incluía daño visible en radiografías.
"En otras palabras, era más probable que se desarrollara osteoartritis con el aumento de peso, y que progresara más rápido", indicó la investigadora principal, la Dra. Anita Wluka, de la Facultad de Salud Pública y Medicina Preventiva de la Universidad de Monash, en Melbourne.
Al combinar los resultados de dos estudios de gran tamaño en que participaron más de 250,000 personas, Wluka y sus colegas encontraron que un aumento de peso incrementaba las probabilidades de un reemplazo total de rodilla en un 35 por ciento entre las mujeres, y en un 25 por ciento entre los hombres.
"Esto es particularmente preocupante", comentó Wluka en un comunicado de prensa del Congreso Internacional sobre la Obesidad, recogido el reportero especializado Dennis Thompson en un artículo que publica HealthDay News. "Los reemplazos de rodilla son costosos, y una de cada cinco personas se siente insatisfecha con los resultados y sigue sintiendo dolor tras la cirugía. Es más probable que los que siguen sintiendo dolor requieran una segunda cirugía, que es más costosa y tienen menos probabilidades de controlar su dolor".
Las personas en riesgo de osteoartritis deben recibir asesoramiento sobre las formas de gestionar su peso, concluyó Wluka.
"El mantenimiento del peso en la mediana edad reduce el riesgo de que ocurra una osteoartritis de rodilla y, en los que tienen osteoartritis, reduciría el riesgo de que el dolor empeore, de pérdida de la función y de un costoso reemplazo de la articulación", añadió. "Sabemos que las personas tienden a aumentar casi 1 kilogramo (2.2 libras) al año a medida que envejecen, pero la buena noticia es que hay buenas evidencias, a partir de estudios anteriores, de que prevenir el aumento de peso es posible".
Las investigaciones presentadas en reuniones médicas se deben considerar preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.