Los sobrevivientes adultos a un cáncer, en particular los que se han sometido a quimioterapia, tienen un mayor riesgo de fracturas pélvicas y vertebrales graves, muestra una investigación reciente.
"Estos hallazgos son importantes, dado que se prevé que el número de sobrevivientes a un cáncer que viven en Estados Unidos haya aumentado a 26.1 millones en 2040. Investigaciones como esta buscan formas de que los sobrevivientes a un cáncer tengan una mejor calidad de vida tras el diagnóstico", señaló la autora principal del estudio, Erika Rees-Punia, investigadora de conducta y epidemiología de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society).
"Las fracturas de la pelvis y de las vértebras no son solo huesos rotos: son graves y costosas", añadió Rees-Punia en un comunicado de prensa de la sociedad, recogido por HealthDay News.
Los investigadores analizaron los datos del Estudio sobre la prevención del cáncer - Cohorte nutricional II vinculados con reclamaciones de Medicare de 1997 a 2017. De unos 92,400 participantes que evaluaron, más de 12,900 habían sufrido una fractura de hueso relacionada con la fragilidad. Los investigadores compararon a este grupo con personas sin antecedentes de cáncer.
Los sobrevivientes al cáncer que fueron diagnosticados más recientemente, en un plazo de cinco años, con un cáncer en etapa avanzada, tenían el riesgo más alto de fractura, en comparación con los que no habían tenido cáncer.
Las facturas vertebrales y pélvicas fomentaron este aumento en el riesgo.
Los sobrevivientes que recibieron quimioterapia fueron más propensos a sufrir una fractura, en comparación con los sobrevivientes que no habían recibido quimioterapia. Los investigadores encontraron que esta asociación era más fuerte en un plazo de cinco años tras el diagnóstico, pero seguía siendo sugerente incluso tras los cinco años.
La actividad física podría asociarse con un riesgo más bajo, anotaron los investigadores. El tabaquismo actual se asoció con un riesgo más alto de fractura entre los sobrevivientes al cáncer durante cinco años o más tras el diagnóstico.
"Esperamos que nuestros hallazgo orienten las directrices sobre la prevención de las fracturas, que podrían incorporar la actividad física con profesionales del ejercicio oncológico y programas de cesación del tabaquismo, para mejorar la calidad de vida tras un diagnóstico de cáncer", añadió Rees-Punia.
Los hallazgos se publicaron en la edición en línea del 3 de noviembre de la revista JAMA Oncology.