Los proyectos que se activaron en todo el mundo en busca de una vacuna eficaz y segura contra el coronavirus suman ya 249 y hay varios ensayos que se encuentran en fase III.
María Moreno, investigadora del Departamento de Desarrollo Biotecnológico del Instituto de Higiene de la Facultad de Medicina e integrante de la Comisión Nacional Asesora de Vacunación del Ministerio de Salud Pública, explicó a Montevideo Portal cuáles son las opciones que evalúa Uruguay y cómo sería el proceso para adquirir vacunas.
"Los procesos para adquirir las vacunas son mediante vías directas como han hecho muchos países a través de negociación con las empresas o sino a través de COVAX, que es un mecanismo que unifica las necesidades de varios países en la adquisición de vacunas", dijo Moreno.
"COVAX está creada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y dirigida por la Global Alliance for Vaccines and Immunizations. Esta herramienta permite un acceso equitativo a las vacunas", agregó.
La inmunóloga señaló que Uruguay al unirse a esta herramienta "asegura una cantidad de dosis equivalente al 20% de su población". "Esto es importante porque hay muchas vacunas en desarrollo y va a haber mucha demanda de vacunas. Para evitar que algunos países se queden por detrás o algunos no puedan adquirir, se reparten de forma adecuada", añadió.
Moreno explicó que eso "no quita que algunos países hayan hecho acuerdos bilaterales con alguna empresa productora de vacunas, como han hecho Estados Unidos y algunos países de Europa".
"COVAX tiene un portafolio limitado de vacunas, en una iniciativa inicial tenía nueve candidatas, ahora debido a la cantidad de países que se han adherido está pensando en aumentar el portafolio. Se piensa en nueve más", agregó.
Sin embargo, la inmunóloga explicó que "por lo poco competitivo que puede ser para una empresa Uruguay como cliente, le cuesta mucho esos acuerdos bilaterales. Sí se ha movido en las producciones a nivel regional como puede ser Argentina y Brasil. Por ahí puede haber una chance o con la unión con COVAX que ya la ejecutó".
Desde la Comisión Nacional Asesora de Vacunación del Ministerio de Salud Pública están "siguiendo más de cerca estas nueve vacunas de COVAX, aunque no quitamos los ojos de las demás", dijo Moreno.
La falsa percepción de que con la vacuna hay solución inmediata
Por otro lado, la inmunóloga se refirió a esa "sensación de alivio" que "no es tal" una vez que llegue la vacuna y se empiecen a dar las primeras dosis en nuestro país y el mundo.
"Las vacunas van a demorar, hay algunas previsiones optimistas que hablan de antes de fin de año, los más realistas hablamos para mediados o avanzados del año que viene", señaló Moreno.
"Ahora tenemos cerca de 11 vacunas en fase 3, que es la última fase previa a la comercialización. Algunas están avanzando, pero no creo ninguna llegue a probarse previo a fin de año", agregó.
En ese sentido, Moreno explicó que tras el proceso de comercialización "vienen los procesos de producción de vacunas, que se ha ido avanzando en paralelo a medida que se evalúan". "Después hay un proceso de distribución y aplicación de las vacunas y luego un proceso de nuestro sistema inmune para generar la inmunidad necesaria", aseguró.
"En todo esto depende cuántas vacunas sean aprobadas cuántas dosis vamos a tener. Cuanto más vacunas haya más dosis vamos a tener, porque cada productor hará sus dosis. Esto es importante, porque sea cual sea la plataforma no va a alcanzar para inmunizar a toda la población, sino que para un 20% en primera instancia", añadió.
Además, Moreno sostuvo que "hay que ver cómo se hace esa distribución (de vacunas) de forma equitativa". "Ese 20% es suficiente quizás para proteger a la población de mayor riesgo, pero no para generar inmunidad de efecto rebaño, de protegernos a todos y hacer nuestra vida normal de nuevo", aclaró.
La investigadora cree que "hay que ser muy cauto, porque el hecho de que vengan vacunas puede generar una sensación de alivio, de libertad, que no va a ser tal. Sino todo lo contrario".
"Hay medidas que llegaron para quedarse y no está mal, porque hemos visto que más allá del COVID-19 han bajado mucho las infecciones respiratorias en todo sentido. Gripe este año casi no hemos tenido. Hay medidas que han llegado para mantenerlas, pero siempre y cuando no afecten nuestra vida diaria", señaló.
"El hecho de que lleguen vacunas será para una población, seguramente sea para personas mayores y personal de salud, que está más expuesta. Lo que se pretende es que no cursen la enfermedad en su estado más grave, pero no quita que los demás puedan seguir infectándose", añadió.
La inmunóloga advirtió que "si los demás nos liberamos porque las poblaciones de riesgo no se van a enfermar tan gravemente puede que circule en mayor escala el virus y generar más problemas". "Hay que ser muy cauto con esto, puede generar esa falsa sensación de protegidos", advirtió.
La efectividad de la vacuna y la protección de la BCG
"La vacuna que llegue seguramente no va a ser 100% efectiva", aseguró María Moreno.
"De hecho la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) y su análogo europeo van a probar vacunas que lleguen al 50% de efectividad. Aun así no necesariamente todos los vacunados van a estar protegidos", comentó.
La inmunóloga que integra la Comisión Nacional Asesora de Vacunación del MSP dijo que "cuando hay vacunas que tienen menos efectividad es necesario para esa protección colectiva vacunar a más cantidad de gente".
"Si es una vacuna con baja efectividad necesitás llegar a 90% de vacunados o más para poder llegar a una protección grupal de comunidad", explicó.
Desde el surgimiento de la pandemia de COVID-19, varias investigaciones han venido trabajando sobre una posible relación entre la administración generalizada de la vacuna Bacille Calmette-Guérin (BCG) y un perfil epidémico menos grave de la enfermedad.
Un reciente trabajo publicado en la revista norteamericana Cell, llamado "Activate: Randomized Clinical Trial of BCG Vaccination against Infection in the Elderly", trata de un ensayo de BCG en adultos mayores que se está llevando a cabo y demuestra protección por la vacunación frente a infecciones en general.
El estudio señala que "el número de personas que participan en el ensayo es demasiado bajo" para sacar conclusiones sobre el efecto de la vacunación con BCG en la COVID-19.
Moreno explicó que "este ensayo clínico se inició cuando no había coronavirus (en 2017) y estaba previsto para otro tipo de enfermedades infecciosas que afectan a adultos mayores".
"El efecto de la BCG es específico contra la tuberculosis, pero tiene un efecto no específico contra muchos patógenos, en especial contra virus respiratorios", agregó.
La investigadora comentó que "la BCG activa un mecanismo que se llama ´inmunidad entrenada´, de nuestro sistema inmune, y esa inmunidad es una suerte de preactivación de nuestras células del sistema inmune innato, que son de las primeras en actuar cuando entra una infección. Como esas células están preactivadas, cuando entra cualquier patógeno reaccionan de forma más rápida y potente".
Moreno señaló que la hipótesis detrás de la BCG es que "la vacuna prealertaría a nuestro sistema inmune innato, en particular a las células NK y monocitos".