Las evidencias son claras: hay un número creciente de enfermedades en la infancia asociadas a la contaminación. Un entorno poco verde puede afectar a su desarrollo neuroconductual, inmunitario y sexual. Algunos pediatras alertan sobre la urgencia de reconectar a los niños con la naturaleza.
La "urgencia de prescribir naturaleza" ha sido defendida por el doctor Juan Antonio Ortega García, presidente del Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría (AEP), en el acto de presentación del programa Healthy Cities, que promueve hábitos de vida saludables y propone soluciones de regeneración urbana.
"Los pediatras debemos prescribir naturaleza, los niños deberían estar al menos una hora al día en contacto con zonas verdes. Los beneficios son enormes, entre ellos, se produce una mejora de la memoria, mejor agudeza visual, disminuye el cortisol, el exceso de peso...", sostuvo Ortega.
El especialista agregó un dato para reflexionar: uno de cada diez escolares "lleva un broncodilatador en su mochila junto al bocadillo".
Para el futuro, el pediatra desea que todos los centros sanitarios tengan incorporada a su cartera de servicios los servicios de la naturaleza. Unos servicios donde también los enfermos crónicos puedan rehabilitarse, recuperar su bienestar y reencontrarse con ellos mismos, añadió.
El evento de presentación de Healthy Cities, contó con la presencia, por video conferencia, de la activista medioambiental y Mensajera de la Paz de Naciones Unidas, Jane Goodall.
La primatóloga recordó que “la reciente pandemia está relacionada con la falta de respeto que tenemos a los animales y la naturaleza, lo que está aumentando nuestra exposición a nuevos patógenos”.
En la misma línea que el doctor Ortega, Goodall defendió la necesidad de más espacios verdes: "Está comprobado que son fundamentales para la salud física y mental de las personas, además de proteger la biodiversidad y mejorar la calidad del aire”.
Pilar González Moreno para EFE