El fin de esta restricción en San Pablo fue anunciado este miércoles por el gobernador del estado, Joao Doria, quien indicó que las mascarillas podrán dejar de ser usadas en calles, parques, estadios y en los espacios abiertos de las escuelas, entre otros.
No obstante, a diferencia de Río de Janeiro, las mascarillas continuarán siendo obligatorias en espacios cerrados como: salas de aula, oficinas de trabajo, teatros y cines.
La decisión del gobierno de San Pablo va acompañada de una estabilización en el número de casos y muertes por coronavirus, enfermedad que en los últimos meses golpeó fuerte a Brasil.
El país acumula cerca de 653.000 fallecimientos y 29,1 millones de contagios. Estas cifras lo convierten en el segundo país en número de víctimas fatales y el tercero en contagios tras Estados Unidos e India.
San Pablo, con 46 millones de habitantes, es uno de los estados más castigados por la pandemia: acumula 165.500 muertes y cinco millones de positivos.
"Todos los índices de contaminación han caído y todos los índices de vacunación están en alta", señaló Doria y destacó que el 74 % de la población adulta de San Pablo ya ha recibido al menos dos dosis de la vacuna contra la covid-19.
"Si Sao Pablo fuese un país, sería el tercero del mundo en población vacunada", apuntó Doria, quien realizó la rueda de prensa al aire libre y sin mascarilla.
En base a información de EFE