El Poder Ejecutivo, con la firma del ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, decretó el pasado 10 de agosto la atención universal y gratuita para el tratamiento hiperagudo de accidentes cerebrovasculares (ACV) a cualquier usuario del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), sin importar su prestador de salud.
“Todo usuario del SNIS que presente una sintomatología compatible con estar cursando un ataque cerebrovascular, debe ser derivado al Centro de Trombolisis más próximo o accesible del lugar donde se encuentra. Si en dicho lugar el prestador al cual está afiliado dicho usuario cuenta con un centro de dichas características, ya sea propio o por acuerdo con otro prestador integral de salud, será derivado a este”, reza el artículo 1º de la norma.
Los centros de trombólisis son aquellos servicios de diagnóstico, tratamiento y derivación pertenecientes a un prestador integral de salud que cuenta con tomógrafo las 24 horas, personal médico capacitado y habilidades técnicas para la administración de trombolíticos (fármacos destinados a romper o disolver los coágulos de sangre en vasos sanguíneos), camas hospitalarias para ser destinadas a la población con ACV isquémico y capacidad de coordinar traslados con el prestador de salud del paciente.
Según informó Comunicación Presidencial, Salinas dijo que la medida es parte de un proceso que comenzó en octubre de 2020, tras recibir un informe de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar), que fue financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND), que permitió, junto a la evaluación de los directores departamentales de Salud sirvió para “hacer mapeo de los recursos tanto de tomografía y de centros de tratamiento intensivo (CTI), como de recursos humanos.
“Donde faltaban recursos humanos, la dirección del Programa de Salud Cerebral los formó con un programa específico”, dijo el ministro.
Salinas explicó que es una enfermedad “tiempo-dependiente”, lo que quiere decir que “importa mucho” el tiempo que pasa “desde que comienzan los síntomas hasta que te inyectan la sustancia (el trombolítico) que te va a destapar la arteria”.
“Es un tiempo muy útil que llega hasta las cuatro horas y media máximo desde el inicio. Entonces tiene que estar todo muy aceitado, desde la ambulancia, el centro exacto donde se va a derivar —que tiene que tener tomógrafo—, descartar que sea hemorrágico y por tanto confirmar que es por una obstrucción”, dijo.
Manifestó que con la medida actual lo que se genera es “un sistema virtuoso” y explicó que antes, frente a una emergencia de este tipo, si le ocurría al paciente fuera de su departamento (donde estaba afiliado), “tenían que mediar consultas burocráticas, directores técnicos que hablan con directores técnicos” y “gerentes que autorizan o no”.
“Acá se dejó un sistema aceitado en el cual, frente a la presencia de un ataque cerebrovascular, recibes el tratamiento y a su vez tiene un precio arancelado, es decir, ya estipulado entre las instituciones, que evita una toma de decisiones
Salinas dijo que se dejó un “sistema aceitado” en el cual ante la presencia de un ACV, el paciente recibe el tratamiento y en la interna de los prestadores hay un precio arancelado, ya estipulado entre las instituciones, “que evita una toma de decisiones” en base a si es conveniente o no económicamente. “Esto cuesta tanto, se paga tanto y se debe dar el tratamiento. Es universal para todo el sistema. Cualquier uruguayo que sufra un ACV, en cualquiera de los 19 departamentos, tiene un centro o más de referencia para ser atendido”, expresó.
“En Montevideo hay varios, en Maldonado hay varios, en Colonia también. En Tacuarembó hay dos. Es decir, depende del departamento la cantidad de centros que están preparados para recibirlo. Es universal, porque es para cualquier ciudadano y es gratuito, porque no hay ningún cargo de bolsillo, ningún pago por ese acto”, agregó, remarcando a su vez que “se formaron los equipos” que atenderán en esos centros.
El jerarca recalcó además que ya no solo se “destapa la arteria” con una sustancia química, sino que existe un procedimiento llamado Trombectomía Mecánica que antes, cuando se daba el diagnóstico, se debía pagar 30.000 dólares para acceder al tratamiento. “Y usted los tenía o no los tenía. Hoy, este procedimiento quedó incorporado a través del Fondo Nacional de Recursos (FNR). Ya llevamos más de 40 procedimientos. Es la diferencia entre tener hemiplejia o no tener hemiplejia, o tener una afasia, es decir poder hablar o no”, recordó.
El ministro dijo que hay siete centros acreditados para hacer trombectomía, “uno de los cuales fue distinguido en San Pablo con la categorización diamond o diamante en calidad de tratamiento de stroke avanzado”.
El decreto quedó vigente de inmediato, por lo que el sistema de traslados quedó activo y ya funciona de la forma que establece la norma, según remarcó Salinas.
El ministro dijo que hay entorno a los 4740 casos al año en Uruguay. “Un tercio de los casos revierten mortalidad inmediata o en breve plazo diferido, un tercio se logran recuperar mediante estas medidas y un tercio quedan con un grado de invalidez importante”, explicó.
Por otro lado, destacó que, cuando el gobierno creó en 2020 el Programa de Salud Cerebral, “que abarca dentro de ello el cerebrovascular”, fue “de tal relevancia” que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo tomó como programa para el 2023 en adelante”.
“Uruguay hace la relatoría, es decir, que hizo el documento en si mismo y su corrección. Nos pone a la punta. Y en cuanto a la universalidad y gratuidad del tratamiento del ataque cerebrovascular hace que seamos únicos prácticamente, no solo en América Latina y el Caribe, sino a nivel mundial, de los pocos en que se puede recibir un tratamiento absolutamente gratuito”, puntualizó.