En las últimas semanas, el número de casos de coronavirus aumenta regularmente en Israel, sobre todo debido a la propagación de la variante delta, más contagiosa, no sólo en adultos no vacunados, sino también en personas vacunadas hace más de seis meses, lo que llevó a las autoridades a lanzar una nueva campaña para administrar una dosis de refuerzo. El lunes, las autoridades habían anunciado más de 9.000 casos, un número que pasó a 10.947 el martes (7,65% de pruebas positivas), superando así el anterior récord de 10.118 casos en un día registrado el pasado 18 de enero, según datos del ministerio de Salud, que, sin embargo, registró un ligero descenso en el número de casos graves en todo el país. A pesar de este récord de nuevos contagios, el gobierno israelí decidió no retrasar el regreso a la escuela de los 2,4 millones de estudiantes previstos para el miércoles. Sin embargo, el primer ministro Naftali Bennett anunció que el personal de las escuelas que rechaza la vacunación deberá presentar una prueba negativa dos veces por semana. El Estado hebreo fue uno de los primeros en lanzar, a mediados de diciembre, una amplia campaña de vacunación gracias a un acuerdo con Pfizer que le entregó rápidamente millones de dosis a cambio de datos sobre la eficacia de la vacuna en su población, lo que redujo el número de contagios hasta la propagación de la variante delta. Cerca de 5,5 millones de personas recibieron dos dosis de la vacuna contra el covid-19 en Israel, lo que representa alrededor del 60% de la población total, de los cuales más del 80% son adultos. El gobierno redujo el domingo a 12 años la edad mínima para recibir una tercera dosis, a fin de luchar contra el aumento de las contaminaciones, relacionado con la variante delta. Ante el aumento del número de casos en Israel, la Unión Europea decidió el lunes volver a imponer restricciones a los viajes no esenciales desde ese país.