La trombosis es la formación de coágulos sanguíneos -también llamados trombos- dentro de venas o arterias, pudiéndose fijar en las paredes del vaso sanguíneo o desprenderse y viajar a ciertos órganos, como los pulmones -afección conocida como tromboembolismo pulmonar- reduciendo u obstruyendo totalmente la circulación de la sangre. 

Entre las condiciones que pueden incrementar las posibilidades de generar trombos se encuentran la obesidad, el cáncer, la fibrilación auricular, el embarazo y la ingesta de medicamentos hormonales, así como haber atravesado recientemente una intervención quirúrgica o tener trombofilia, es decir, la predisposición genética a padecer esta patología. 

Una de las principales medidas de prevención es el chequeo periódico de síntomas de una trombosis profunda, como pueden ser: dolor y sensibilidad en pantorrilla o muslo, hinchazón de la pierna, el pie y/o tobillo, enrojecimiento y/o decoloración notable de la piel o calor en la zona afectada, según informó María Cecilia Guillermo, médica especialista en Hematología.

Por otro lado, en el caso de una embolia pulmonar, los pacientes pueden sentir dificultad para respirar, respiración rápida, dolor en el pecho -que puede empeorar con la respiración profunda-, ritmo cardíaco elevado y aturdimiento o desmayo. 

Entre las medidas recomendadas por la médica, se destacan el ejercicio constante y una dieta equilibrada limitando el consumo de embutidos y azucarados, de forma de evitar el sobrepeso o la obesidad, al ser factores de riesgo. Los alimentos que se ha comprobado que favorecen la circulación de la sangre son el limón, el aceite de oliva, el ajo, el apio y los arándanos. 

A su vez, remarcó que  tanto el sedentarismo como el tabaquismo, así como estar expuesto al humo de tabaco, aumentan el riesgo de padecer una trombosis venosa aguda. 

La médica recomienda caminar periódicamente, al ser una "forma sencilla de prevenir la trombosis", aunque indica que existen también ejercicios que se pueden realizar desde la comodidad de nuestras casas y que mejoran la circulación de la sangre, como puede ser caminar en el lugar entre 30 segundos y 1 minuto, estirar las piernas, 20 segundos cada una, apoyando los brazos contra la pared o ponerse en puntas de pie sosteniendose contra la pared, para luego apoyar las plantas, alternando la posición entre cinco y diez veces.