Cerca del 90% de los hogares de Tigré, donde el Gobierno federal de Etiopía y los rebeldes de esa región libran una guerra desde hace casi dos años, carecen de acceso regular a los alimentos, informó el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU.
"El acceso a los alimentos en Tigré (norte) sigue siendo un motivo de preocupación con el 89 % de los hogares en situación de inseguridad alimentaria, lo que representa un aumento de seis puntos porcentuales desde la última evaluación realizada en noviembre de 2021", indicó el PMA en un informe remitido a EFE.
Entre los hogares afectados, el 47% padecen "inseguridad alimentaria grave", es decir, encuentran enormes dificultades para conseguir la comida que necesitan, impidiéndoles tener un crecimiento y desarrollo normales y una vida saludable.
"El conflicto en curso en Tigré (...) ha dado lugar a una crisis humanitaria caracterizada por niveles preocupantemente altos de inseguridad alimentaria, violencia de género, desplazamientos generalizados, acceso limitado a servicios básicos y la destrucción de la economía local", lamentó el PMA.
La violencia ha desplazado a unos dos millones de personas, obligando a muchas de ellas a abandonar sus cultivos o vender su ganado.
Además, en esta región golpeada por la guerra los precios de los cereales son entre un 70% y un 300% más caros que en otras zonas de Etiopía por la interrupción de los trabajos agrícolas y las rutas comerciales, señaló el PMA.
Por otra parte, los aceites para cocinar son entre un 58 % y un 99 % más caros que en otras regiones del país.
Con este escenario, "más del 75 % de los hogares [de Tigré] indicaron que podían acceder a los mercados locales, pero el 85 % dijeron que no iban a esos mercados porque carecían de dinero en efectivo para comprar alimentos", según el PMA.
Esta institución de la ONU advirtió de que, aunque parte de los trabajos humanitarios se reanudaron el pasado marzo, cuando el Gobierno anunció una "tregua humanitaria", "el flujo de suministros humanitarios y comerciales hacia Tigré sigue estando severamente restringido y es insuficiente".
"Aunque 6.105 camiones con alimentos han llegado a Mekelle [capital de Tigré] desde el pasado 26 de julio, esto aún no se ha traducido en un aumento de la asistencia humanitaria porque persisten otros desafíos, como un acceso limitado al combustible", añadió.
La guerra empezó el 4 de noviembre de 2020, cuando el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva contra el Frente Popular de Liberación de Tigré (FPLT) -partido que gobernaba la región- en respuesta a un ataque contra una base militar federal y después de una escalada de tensiones políticas.
El pasado marzo, después de que Adís Abeba proclamase una "tregua humanitaria indefinida", los rebeldes tigrinos declararon un "cese de las hostilidades" sujeto al cumplimiento del anuncio del Ejecutivo federal.
Desde entonces, tanto el Gobierno federal etíope como el FPLT han manifestado su deseo de encontrar una solución pacífica a este conflicto, pero ambas partes se acusan mutuamente de obstaculizar unas posibles conversaciones de paz.
Con base en EFE
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