"La cifra es inimaginable, pero no imposible", reconoció en rueda de prensa el director de Emergencias de la OMS, Mike Ryan, quien subrayó que "un primer millón de muertos ya es un número terrible y hay que reflexionar sobre lo que hay que hacer ahora, antes de pensar en un segundo".
El experto irlandés apeló a mantener todas las herramientas actuales, desde el rastreo y tratamiento de casos a las medidas de prevención iniciales, y a mantener la cooperación internacional en la investigación contra la COVID-19 para que la cifra de dos millones de muertos no sea algo probable.
También recordó que las tasas de letalidad de la enfermedad (hoy de en torno al 0,5 por ciento, cuando en los primeros meses del año fueron hasta cuatro veces mayores) han bajado gracias a la mejora del tratamiento de casos graves en las UCIs, principalmente con dexametasona.
El epidemiólogo de la OMS Bruce Aylward añadió en la misma rueda de prensa que no hay que poner todas las expectativas en la vacuna sino también en otros conocimientos que pueden servir para salvar vidas.
"Si no, incluso cuando tengamos la vacuna la gente puede morir mientras espera su llegada", advirtió.
Con información de EFE