Las enfermedades crónicas representan una parte cada vez más importante entre las causas de muerte en el mundo, avanzan entre la población más joven y en los países en desarrollo, dijo hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La diabetes, el cáncer y las enfermedades pulmonares obstructivas y las cardiovasculares son las causantes del 74 % de los 17 millones de decesos de personas menores de setenta años, todos ellos considerados prematuros porque podrían prevenirse.
De este total, el 84 % de muertes ocurren en los países de ingresos medios y bajos, una tendencia que se prolonga desde hace muchos años y que entierra la idea de que se trata de "un problema de ricos".
Si uno vive en un país en desarrollo, la probabilidad de sufrir una de esas enfermedades es dos a tres veces mayor que en los países de altos ingresos.
No obstante, un grupo de expertos de la OMS -responsables de un informe que arroja luz sobre esta problemática- se lamentaron de que la financiación internacional para revertir esta situación sea "mínima", al igual que la atención que se le presta.
El informe deja claro que no sólo se trata de salvar vidas, sino de ahorrar dinero por las intervenciones médicas que ya no serían necesarias si hubiese menos enfermos crónicos, en particular por el altísimo coste de ciertos tratamientos, como aquellos contra el cáncer.
Según la OMS, este grupo de enfermedades habrán costado a las economías del mundo 30.000 millones de dólares entre 2011 y 2030.
En términos humanos la prevención tendría un impacto muy concreto, como por ejemplo en el caso de las personas hipertensas. Se estima que si recibiesen apoyo para controlar su tensión podrían evitarse hasta diez millones de infartos y enfermedades cardiovasculares.
En la presentación del informe, la directora del área de enfermedades no transmisibles en la OMS, Bente Mikkelsen, dijo que los dos grandes factores combinados de muerte prematuras son el consumo de tabaco y las dietas malsanas.
Ambos son responsables indirectos -a partes iguales- de 16 millones de muertes cada año, seguidos del consumo de alcohol (1,7 millones de enfermos crónicos) y la inactividad física (830.000).
La obesidad y la contaminación del aire también son factores importantes en el aumento de enfermedades crónicas.
"Las enfermedades del corazón están convirtiéndose en la causa número uno de muerte, mientas que vemos que 1.300 millones de personas entre 30 y 79 años tienen presión alta y menos de la mitad lo saben. De estos últimos, solo cuatro de cada diez sigue un tratamiento", explicó.
De los factores de riesgo, el tabaco es el más grave y de las ocho millones de muertes que causa al año, un millón corresponde a no fumadores, es decir personas que inhalan el tabaco emitido por otros.
La OMS rechazó hoy los intentos de la industria de hacer pasar los productos de tabaco que ha desarrollado en años recientes como una alternativa "más saludable" a los cigarrillos tradicionales.
El especialista de la OMS, Doug Bettcher, explicó que los Iqos (tabaco calentado sin combustión) "son cien por cien tabaco y deben ser regulados de la misma forma porque no existe evidencia de que sean menos tóxicos".
Los Iqos, al igual que los cigarrillos electrónicos, carecen de una regulación clara, lo que les permite esquivar las restricciones que se aplican en la gran mayoría de países del mundo a los cigarrillos, como resultado de una convención internacional contra el tabaquismo que entró en vigor en 2005.
"La industria es muy lista y busca promover los cigarrillos electrónicos como un producto que causa menos daños, pero esto es un fraude. Se trata de productos perjudiciales y altamente adictivos", aseguró Bettcher.
Tampoco sirven -añadió- como medio para abandonar el consumo de los cigarrillos tradicionales.
EFE