Por The New York Times | Catherine Pearson
La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por su sigla en inglés) emitió un comunicado el 27 de junio sobre cierta política que amplía el plazo recomendado para amamantar a los bebés a por lo menos dos años, y además reconoce los obstáculos que enfrentan los padres para hacerlo.
“Necesitamos cambios en la sociedad para impulsar esta recomendación, como permisos de descanso con goce de sueldo, más apoyo para la lactancia en público, así como instalaciones de guardería y apoyo en el lugar de trabajo”, explicó Joan Meek, profesora emérita del departamento de Ciencias Clínicas en la facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Florida y autora principal de las nuevas recomendaciones.
Gran parte de la política, que representa la primera vez que el grupo actualiza los lineamientos aplicables a la lactancia en una década, es idéntica a las recomendaciones anteriores de la AAP. La organización todavía recomienda que los bebés reciban exclusivamente leche materna alrededor de seis meses, y que a partir de ese momento se añadan alimentos complementarios. Este comunicado cita investigaciones que vinculan la lactancia con una serie de beneficios para los menores, como un menor porcentaje de infecciones del tracto respiratorio inferior, diarrea grave e infecciones óticas.
El cambio es que el grupo ahora alienta a los pediatras a promover un periodo de lactancia de por lo menos dos años, en vez de un año, si así “lo desean” tanto las madres como sus bebés. Meek señaló que el cambio se debe a que algunas investigaciones parecen indicar que existen beneficios específicos para la salud de la madre con un periodo de lactancia más amplio, como un menor riesgo de diabetes materna tipo 2. Pero también refleja las intenciones de la AAP de normalizar periodos más prolongados de lactancia para los padres que decidan adoptarlos.
“En la comunidad médica, en general la tendencia ha sido apoyar la lactancia hasta el primer año de vida del bebé”, comentó Meek. “Después de ese periodo, la actitud es: ‘Bueno, no hay ninguna razón para seguir amamantando’”.
Sin embargo, la realidad es que no se amamanta a la mayoría de los bebés estadounidenses por el plazo recomendado por la AAP. El anuncio de su nueva política va de acuerdo con los lineamientos establecidos por la Organización Mundial de la Salud, que desde hace tiempo ha recomendado continuar la lactancia por lo menos hasta que el menor cumpla dos años.
Los datos más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) indican que al comienzo de la vida se amamanta al 84 por ciento de los bebés, pero solo al 58 por ciento se le sigue amamantando a los seis meses, y solo el 25 por ciento se alimenta exclusivamente de leche materna. Todavía al año de edad, se sigue amamantando al 35 por ciento de los bebés, pero no existen cálculos nacionales confiables después de ese periodo.
El abismo entre las recomendaciones de las autoridades de salud pública y la realidad de la mayoría de las familias estadounidenses puede dejar a los nuevos padres en una posición vulnerable a sentimientos de culpa o decepción.
“Esta es la recomendación, pero la realidad, en la práctica, es que no queremos que los padres se sientan mal si no pueden cumplirla”, aseveró Dale Lee, especialista en Gastroenterología Pediátrica y Nutrición del Hospital Infantil de Seattle.
El nuevo comunicado sobre los lineamientos de la AAP para la lactancia reconoce que muchas de las barreras que enfrentan los padres para cumplir las recomendaciones de salud pública y sus propias metas están fuera de su control. Anima a los pediatras a propugnar cambios que ayuden a los padres, como descanso con goce de sueldo garantizado, horarios de trabajo flexibles y recursos en el lugar de trabajo como salones para lactancia, periodos universales de descanso para extraer leche materna y servicios de guardería en el lugar de trabajo.
Las recomendaciones también proponen que los pediatras tengan “conversaciones sin posturas críticas” con las familias acerca de sus metas de lactancia y reconocen que no siempre es posible la lactancia exclusiva. La AAP advierte que los hijos de parejas de género diverso quizá tengan menos acceso a leche materna humana, y que los empleados de las clínicas deben procurar utilizar lenguaje más inclusivo, como “dar pecho” en sus tratos con esas familias.
“Creo que amamantar es maravilloso, y quisiera resaltar de verdad sus beneficios”, afirmó Lee. “Pero también quiero dejarles claro a los padres que tampoco es una obligación dar leche materna, por lo que no deben pensar que están fallando si no lo hacen”. Añadió que los bebés pueden desarrollarse perfectamente bien con leche materna, con fórmula infantil o con una combinación de ambas, y que lo más importante es que los padres logren “proporcionarles nutrición con todo el amor” a sus hijos.
Por desgracia, la política se ha dado a conocer en un momento difícil para muchas familias estadounidenses, en plena escasez (que ya lleva varios meses) de fórmula para bebés, lo que les ha dificultado a los padres cubrir las necesidades básicas de sus hijos.
Meek subrayó que la AAP llevaba varios años trabajando en su nueva política. Aclaró que el momento de la publicación no debe interpretarse de ninguna manera como una indicación de que la AAP pretende que las mujeres amamanten a sus hijos como estrategia para superar la crisis actual de fórmula infantil.
Los pediatras deben ayudar a las familias a encontrar un plan de alimentación que funcione en su caso, afirmaron los expertos.
“No es un modelo único de aplicación universal”, explicó Natasha Sriraman, profesora asociada de Pediatría en la facultad de Medicina de la Universidad de Virginia del Este/Children’s Hospital of the King’s Daughters, sobre las nuevas recomendaciones. “Lo que puede funcionarle a la madre en una situación X no va a funcionarle en la situación Y, y me parece que, por desgracia, todavía hay mucha culpa y juicios en torno a las madres”.
En su trabajo, suele enfatizar que cualquier cantidad de leche materna que los padres les puedan dar a sus bebés les ofrece beneficios, en vez de aplicar al pie de la letra las recomendaciones de salud pública sobre duración o exclusividad.
Sriraman indicó que la idea de amamantar durante dos años le parece “maravillosa” si es la meta de la familia. No obstante, es “muy difícil en este país”, añadió. Una nueva mamá amamanta a su bebé en Nueva York el 1.° de abril de 2019. (Sasha Arutyunova/The New York Times)
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