La mayoría de las personas ya se han enterado de que el ejercicio es bueno para la salud.
Una nueva revisión sugiere que también puede hacer una diferencia en el trastorno depresivo mayor.
Los investigadores analizaron 15 estudios existentes con datos sobre el ejercicio y la depresión, y encontraron una asociación entre la actividad física y el riesgo de depresión. Estimaron que casi un 12 por ciento de los casos de depresión se podrían haber prevenido con una cierta cantidad de ejercicio.
No era necesario mucho.
La actividad física se asoció con unos significativos beneficios para la salud mental, incluso cuando alguien no hacía ejercicio con la intensidad o la frecuencia de las recomendaciones de salud pública, según los investigadores dirigidos por Soren Brage y James Woodcock, de la Facultad de Medicina Clínica de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra.
Las personas que caminaban a paso vivo 2.5 horas por semana tenían un riesgo más bajo de depresión que las que no hacían ningún ejercicio, encontró el estudio, según un informe de la reportera especializada Cara Murez, publicado en HealthDay News.
"Cualquier movimiento, todo movimiento, cada paso, cuentan. No tiene que ser la cantidad que se necesita para la salud física. La mitad puede ayudarlo, y esto es muy consistente con la literatura", señaló Jennifer Heisz, una neurocientífica que no participó en el estudio.
Heisz es profesora asociada del Departamento de Kinesiología de la Universidad de McMaster en Ontario, Canadá.
Los 15 estudios que se analizaron en este nuevo trabajo incluyeron a un total de más de 191,000 participantes.
Los investigadores encontraron que las personas que acumulaban la mitad de la cantidad recomendada de actividad física tenían un riesgo de depresión un 18 por ciento más bajo, en comparación con los adultos que no hacían actividad. Los que acumulaban las horas recomendadas tenían un riesgo de depresión un 25 por ciento más bajo. Los beneficios se redujeron con el ejercicio por encima de ese nivel.
La depresión afecta a alrededor de 280 millones de personas en todo el mundo, y es la principal causa de la carga de enfermedad relacionada con la salud mental, anotó el estudio. Se asocia con la muerte prematura por el suicidio y con problemas de salud.
Estimar la dosis de ejercicio necesaria puede resultar difícil, apuntaron los autores.
Muchas personas que tienen depresión no son diagnosticadas, lamentó Heisz. Puede ser muy difícil motivar a las personas que viven con depresión para que se muevan, así que la información de que cualquier movimiento puede añadir un beneficio podría ser útil para estos individuos, dijo.
Las personas deben intentar moverse un poco cada día, sugirió Heisz. Quizá una caminata de 5 o 10 minutos. Las personas que están todo el día sentadas quizá puedan hacer una pausa para moverse dos minutos cada 30 minutos
"Debemos llegar a esta simplicidad, en particular para las personas que no se están moviendo para nada, y reconocer que hay una barrera adicional de motivación en las personas que sufren depresión", enfatizó.
"Pienso que las evidencias que se acumulan son claras respecto a que debemos comenzar a tener esta conversación sobre los beneficios del ejercicio para estos individuos, ya sea por sí mismo o como una terapia añadida a los fármacos", dijo Heisz.
La Dra. Antonia Baum es profesora clínica asistente de psiquiatría y ciencias conductuales de la Universidad de George Washington, en Washington, D.C.
En el tratamiento de la depresión, hay un rol para el ejercicio, para la psicoterapia, para la eliminación de las drogas de abuso y para añadir medicamentos con un fin terapéutico específico, comentó Baum, que no participó en el estudio.
Hay muchos motivos por los cuales el ejercicio podría beneficiar a la salud mental, dijo.
Puede mejorar la circulación al cerebro, y tener un impacto en la inflamación y la respuesta inmunitaria del cuerpo. Hay una relación entre la salud cardiaca y la depresión. También podría haber beneficios intangibles, como sentirse empoderado al hacerse más fuerte, o tener una sensación de bienestar, señaló Baum.
Los autores de este nuevo estudio acumulan muchos datos que respaldan la relación entre la actividad física y la depresión, aunque puede haber muchas variables, entre ellas la genética, aclaró Baum.
En su trabajo, Baum ha visto cómo el exceso de ejercicio puede llevar al agotamiento en los deportistas, o ser un factor de un trastorno de la alimentación, así que le alegró que el estudio también observara en qué punto los beneficios del ejercicio podrían nivelarse.
"Al menos aluden a esa relación inversa tras un cierto umbral, que por supuesto es muy difícil de cuantificar", apuntó Baum.
Aunque muchos proveedores sugieren a sus pacientes que el ejercicio los beneficiaría, es importante fortalecer ese mensaje, dijo Baum. Baum predica con el ejemplo, y a veces modela conductas de ejercicio en sesiones con sus pacientes, al caminar o correr con ellos.
"Pienso que en algún momento, como médicos, fallamos en la medicina interna general, y en la psiquiatría, y probablemente en todos los demás campos. Quizá les digamos a los pacientes que hagan ejercicio, pero hay que seguir reforzándolo", añadió Baum.
Los hallazgos del estudio se publicaron en la edición en línea del 13 de abril de la revista JAMA Psychiatry.
Acerca de los comentarios
Hemos reformulado nuestra manera de mostrar comentarios, agregando tecnología de forma de que cada lector pueda decidir qué comentarios se le mostrarán en base a la valoración que tengan estos por parte de la comunidad. AMPLIAREsto es para poder mejorar el intercambio entre los usuarios y que sea un lugar que respete las normas de convivencia.
A su vez, habilitamos la casilla [email protected], para que los lectores puedan reportar comentarios que consideren fuera de lugar y que rompan las normas de convivencia.
Si querés leerlo hacé clic aquí[+]