El nuevo nobel de Medicina Drew Weissman dijo que, junto a otros expertos, ha creado un grupo para combatir las dudas sobre las vacunas y la desinformación, porque, “por muy importante que sea la vacuna, si no te la pones no funciona”.
Weissman ha sido galardonado junto a Katalin Karikó con el Premio Nobel de Medicina por sentar las bases para el desarrollo de las vacunas de ARN mensajero (ARNm) contra la covid-19 y otras enfermedades infecciosas.
El científico estadounidense indicó que es un grupo formado por expertos, entre ellos Karikó, para llegar a un gran conjunto de personas que "todavía creen en la ciencia", pero que no están seguras y oyen a "esta gente loca diciendo locuras sobre las vacunas".
“Creo que a esas personas les ayudara”, dio Weissman en una breve y tradicional entrevista con él en la página web de los Premios Nobel tras el anuncio del galardón.
Weissman reconoció que antes de recibir la llamada oficial para anunciarle el premio, fue Karikó quién le contactó por teléfono. “Pero no estábamos seguros de que fuera cierto, pensamos que tal vez alguien nos estaba gastando una broma”, aseguró.
Aunque él no es de los trabaja pensando en los premios, admitió que el Nobel “es el máximo reconocimiento al trabajo, así que es una experiencia maravillosa.
Los nuevos nobel han formado equipo durante 20 años, “antes de que nadie supiera lo que es el ARN, o le importara” y recordó que allí estaban los dos, "literalmente uno al lado del otro en un banco, trabajando juntos. Hablando y discutiendo nuevos datos”.
Además ha referido que, como ambos tienen dificultades para dormir, no era de extrañar que “a eso de las tres o las cinco de la mañana" se enviaran correos electrónicos con nuevas ideas. "Siempre era estimulante, siempre estábamos hablando de ciencia”.
Desde la llegada de las vacunas de ARNm contra la covid-19, Karikó y Weissman han recibido multitud de reconocimientos antes del Nobel y viajan por todo el mundo atendiendo conferencias y otros compromisos.
Sin embargo, “a mí nada me distrae de mi trabajo”, aseguró Weissman, para quien nada de eso “se interpone en el camino de la ciencia” y sigue reuniéndose con su laboratorio todas las semanas ya sea por videoconferencia o en persona.
EFE