Todo el mundo sabe que consumir un exceso de alcohol no es bueno para la salud, pero todavía es debatible si un consumo moderado de alcohol protege o hace daño, señalan los autores del nuevo trabajo.
“Algunas investigaciones han indicado que las personas que consumen un nivel moderado de alcohol quizá sean menos propensas a desarrollar obesidad o diabetes, en comparación con las abstemias y las que beben en exceso. Pero nuestro estudio muestra que incluso un consumo de alcohol entre leve y moderado (de no más de una copa estándar al día) no protege de la obesidad ni de la diabetes tipo 2 en la población general”, señaló el investigador principal, Tianyuan Lu, de la Universidad de McGill en Montreal, Canadá.
“Confirmamos que el consumo excesivo de alcohol podría conducir a un aumento en las medidas de la obesidad (el índice de masa corporal, la proporción entre cintura y cadera, la masa grasa, etcétera), además de un mayor riesgo de diabetes tipo 2”, añadió Lu en un comunicado de prensa de la Sociedad Endocrina (Endocrine Society), recogido por HealthDay News.
En el estudio, el equipo de Lu recolectó los datos sobre el consumo de alcohol de casi 409.000 hombres y mujeres del UK Biobank, una base de datos y recurso de investigación de gran escala. Los investigadores encontraron que las personas que bebían más de 14 copas por semana tenían una masa grasa más alta y un mayor riesgo de obesidad y diabetes tipo 2.
Los vínculos fueron mayores entre las mujeres que entre los hombres, anotaron los investigadores. No encontraron ninguna asociación entre un consumo moderado de alcohol y una mejor salud en las personas que consumían hasta siete copas por semana.
“Esperamos que nuestra investigación ayude a las personas a comprender los riesgos asociados con el consumo de alcohol, y que oriente las directrices y recomendaciones futuras de salud pública relacionadas con el consumo de alcohol”, planteó Lu. “Deseamos que nuestro trabajo anime a la población general a elegir unas conductas alternativas más saludables, en lugar de consumir alcohol”.
El informe se publicó en la edición del 27 de junio de la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.