El Ministerio de Salud Pública (MSP) presentó una serie de recomendaciones “para mejorar el proceso asistencial de personas con ansiedad y depresión en el Sistema Nacional Integrado de Salud”.
“El documento ordena la demanda de atención, refuerza el primer nivel para evitar la derivación de la persona a psiquiatra y aprovecha el recurso de las licenciadas en enfermería”, comunicó la cartera a través de la página web de Presidencia. “Son acciones concretas en salud mental”, afirmó el subsecretario de Salud, José Luis Satdjian.
El jerarca destacó que este manual “representa un eslabón más en la cadena de acciones y trabajo realizado en este período en materia de salud mental, bajo la premisa de respeto y responsabilidad”.
Según declaró Satdjian, en la actualidad “se habla cada vez más” de salud mental, además de que “se trabaja responsablemente en las propuestas acompañadas con acciones”, puntualizó.
Los datos
La guía contiene una serie de recomendaciones, como fortalecer los recursos humanos, la telemedicina y las intervenciones digitales; intervenir junto con un referente comunitario, implementar modelos de atención escalonada, evaluar la demanda y mantener la continuidad asistencial.
“Los objetivos del documento son ordenar la demanda, respaldar a los servicios y profesionales en la toma de decisiones, establecer un proceso asistencial claro, reducir la variabilidad de la práctica clínica, integrar nociones de humanización y toma de decisiones compartidas, priorizar un abordaje basado en la estrategia de atención primaria en salud, con énfasis en el primer nivel de atención y en las prácticas basadas en evidencia, y prevenir la medicalización y la psicologización innecesaria del sufrimiento humano”, resalta el MSP en el comunicado difundido.
Las intervenciones se realizan en tres pasos: el primero consiste en jerarquizar el empleo de los recursos humanos no farmacológicos como parte de la entrevista clínica, brindando orientación a la persona y a familiares y referentes afectivos; el segundo implica el abordaje psicoterapéutico y psicosocial; y el tercero incluir tratamiento farmacológico e intervenciones psicológicas de mayor intensidad y duración.
Se puede acceder a la guía a través de este enlace.