Por The New York Times | Sheryl Gay Stolberg, Benjamin Mueller and Carl Zimmer
WASHINGTON — Mucho tiempo después de que la pandemia de COVID-19 surgiera en Wuhan, China, el origen del coronavirus sigue siendo objeto de un intenso escrutinio científico y un debate político aún más intenso.
Un equipo de investigadores le ha añadido leña al fuego al presentar datos en una reunión de la Organización Mundial de la Salud que indican que se vendía un animal salvaje conocido como perro mapache en el mismo puesto del mercado mayorista de mariscos de Huanan, en Wuhan, donde los investigadores encontraron rastros del coronavirus.
Los científicos creen que los perros mapache podrían haber fungido como un huésped intermediario del virus, lo que le permitió propagarse por el mercado.
Estos datos llegan menos de tres semanas después de los reportes de que el Departamento de Energía había concluido —aunque con “baja confianza”— que lo más probable es que una fuga accidental en un laboratorio en Wuhan haya causado la pandemia de coronavirus.
Los científicos que han estudiado la genética del virus y sus patrones de propagación afirman que la causa más probable es que el virus haya hecho el salto de animales mamíferos vivos a humanos —un fenómeno conocido como “desbordamiento zoonótico”— en el mercado de Huanan, donde se dieron los primeros casos de COVID-19 a finales de 2019.
Sin embargo, otros científicos afirman que la evidencia circunstancial apunta a que el virus escapó de un laboratorio, posiblemente del Instituto de Virología de Wuhan, el cual tenía una gran experiencia en la investigación de coronavirus. Los errores en los laboratorios ocurren: en 2014, tras varios accidentes relacionados con la gripe aviar y el ántrax, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades reforzaron sus prácticas de bioseguridad.
Las agencias gubernamentales han estado analizando el origen de la pandemia desde 2020, pero siguen divididas sobre cuál es la explicación más probable. La mayoría todavía se inclina por el desbordamiento. Ninguna de ellas cambió sus conclusiones tras ver los hallazgos del Departamento de Energía, aseguraron los funcionarios. Esto es lo que sabemos y lo que no sabemos sobre los orígenes del coronavirus.
¿Por qué es difícil saber con certeza cómo comenzó la pandemia?
A menudo es complicado encontrar el origen de los virus, pero China ha agravado ese problema al obstaculizar la recopilación de pruebas.
Cuando los investigadores chinos llegaron para recolectar muestras en el mercado de Huanan, este ya había sido clausurado y desinfectado porque varias personas vinculadas a él se habían enfermado de lo que luego sería reconocido como COVID-19. No quedaba ya ningún animal vivo allí.
Algunos científicos también creen que China no ha proporcionado una imagen completa de los primeros casos de COVID-19. Además, les preocupa que una orden dirigida a los hospitales a principios del brote de reportar las enfermedades específicamente vinculadas al mercado pueda haber llevado a los médicos a pasar por alto otros casos sin esos vínculos, lo que podría haber creado una imagen sesgada de la propagación.
¿Qué han hecho los científicos para investigar?
Los expertos han tratado de solventar las lagunas en los datos.
Los científicos han examinado casos de pacientes hospitalizados antes de que se diera la orden de que los médicos buscaran vínculos con el mercado. También han mapeado las ubicaciones de los primeros casos de COVID-19 en Wuhan —incluidas tanto las personas que fueron vinculadas desde el inicio al mercado como las que no— y encontraron lo que, según ellos, son señales de que el virus empezó su propagación en el mercado.
Algunos de esos científicos estudiaron mapas de los sitios en el mercado de Huanan donde los investigadores encontraron el virus, incluyendo paredes, pisos y otras superficies, y descubrieron que esas muestras se agruparon en una zona del mercado donde se vendían animales vivos. El ADN del perro mapache vino de uno de esos puestos.
Además, algunos científicos han dicho que los análisis genéticos de las primeras etapas de la pandemia apuntan a que el virus se transmitió a personas que trabajaban o compraban en el mercado en al menos dos ocasiones distintas.
Otros científicos han cuestionado que estudios como esos puedan establecer el origen en el mercado con mucha seguridad. Creen, por ejemplo, que las pruebas de dos desbordamientos separados en el mercado también podrían ser evidencia de la evolución del virus a medida que se fue propagando de persona a persona.
Algunos investigadores también han argumentado que, debido a toda la atención que se le ha dado al Instituto de Virología de Wuhan, no se le ha prestado suficiente atención a un sitio de investigación diferente en la ciudad, el Centro de Wuhan para el Control y la Prevención de Enfermedades. Ese centro está mucho más cerca del mercado de Huanan.
¿Por qué se habla tanto de los perros mapache?
El 14 de marzo, algunos de los científicos que habían publicado estudios que apuntaban al mercado de Huanan ofrecieron más datos. Dijeron que sus nuevos hallazgos eran congruentes con la hipótesis del desbordamiento.
Al examinar una base de datos en la que se comparten secuencias genéticas de coronavirus, los científicos descubrieron que los investigadores chinos habían subido silenciosamente datos de su búsqueda del 1.° de enero de 2020 en el mercado de Huanan, con un retraso de más de tres años.
Los datos incluían todas las secuencias genéticas recopiladas por los investigadores, no solo las de los coronavirus. También incluían ADN de una especie salvaje llamada perro mapache, le dijeron los investigadores a la Organización Mundial de la Salud.
Ese hallazgo contradice las afirmaciones de las autoridades chinas de que no se vendían animales salvajes en el mercado de Huanan.
Los perros mapache son vulnerables a las infecciones por coronavirus. Es posible que hace dos décadas hayan fungido como el llamado “huésped intermediario” de otro coronavirus: el que provocó la epidemia del síndrome respiratorio agudo grave, o SRAG.
El descubrimiento de ADN de perro mapache en el mercado, de confirmarse, no sería una prueba definitiva de que los animales fueron llevados al mercado albergando el coronavirus que inició la pandemia. Sin embargo, a los investigadores les llamó mucho la atención que el ADN del perro mapache proviniera de un puesto que también dio positivo en SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19.
Luego de que los científicos descubrieron el ADN del perro mapache, las secuencias recién cargadas fueron eliminadas de la base de datos. No se sabe con certeza por qué sucedió eso. Los científicos están preparando un informe de sus descubrimientos.
¿Por qué algunas personas sospechan de una fuga en un laboratorio?
En octubre, los republicanos del comité de salud del Senado de Estados Unidos publicaron un análisis de los orígenes de la pandemia que argumentaba que “lo más probable es que haya sido el resultado de un incidente relacionado con la investigación”, aunque reconocieron que la conclusión “no pretendía ser decisiva”.
Muchas de sus afirmaciones fueron repetidas por los republicanos de la Cámara de Representantes, quienes realizaron una audiencia a principios de marzo en la que describieron los argumentos de la teoría de la fuga de un laboratorio.
El informe de los republicanos destacó lo que sus autores describieron como lagunas en la teoría de los orígenes naturales, así como “problemas persistentes de bioseguridad” en el Instituto de Virología de Wuhan.
Sin embargo, el informe se basó en gran medida en evidencia pública existente, en lugar de en información nueva o clasificada, y no presentó ninguna prueba que demostrara que el instituto de Wuhan hubiera tenido almacenado algún virus que pudiera haberse convertido en el coronavirus causante del COVID-19, con o sin manipulación científica.
Según el informe, la hipótesis de la fuga de un laboratorio se apoya en la ausencia de evidencia publicada de que el SARS-CoV-2 estuviera circulando en animales antes de la pandemia. Las muestras de virus recolectadas en refrigeradores, mostradores y otras superficies en el mercado de Huanan eran genéticamente similares a las muestras humanas, lo que sugiere que el virus fue propagado por humanos, no por animales, de acuerdo con el informe.
No obstante, algunos expertos afirmaron que la incapacidad de encontrar un animal infectado no prueba nada, dado que China clausuró el mercado y mató a todos los animales antes de que pudieran ser examinados.
En 2018, antes de la pandemia, el instituto de Wuhan y sus socios —entre ellos EcoHealth Alliance, un grupo de investigación cuyo trabajo ha sido financiado por Estados Unidos— buscaron fondos del Departamento de Defensa para recopilar y experimentar con coronavirus con características novedosas que los harían altamente transmisibles en humanos.
El proyecto del grupo nunca recibió financiación. Pero el informe de los senadores republicanos señaló que el coronavirus tiene características similares a las que buscaban los investigadores. Eso ha convencido a algunos científicos de la posibilidad de una fuga de laboratorio. El informe supone que el virus pudo haber escapado, quizás tras infectar a un investigador que terminaría propagándolo fuera del laboratorio.