Por The New York Times | Christina Caron
Después de casi un año de pandemia, Kianna, una estudiante de bachillerato de Baltimore, se sentía cada vez más aislada. Comentó que mientras estaba sola en su dormitorio tenía demasiado tiempo para pensar, así que a veces se obsesionaba con su aislamiento o empezaba a criticar su aspecto.
“Recuerdo que pasaba horas en TikTok”, dijo Kianna, de 17 años, quien pidió que solo se usara su nombre de pila al hablar de su salud mental. “Fue entonces cuando mi autoestima empezó a caer”.
En aquel momento, a principios de 2021, todas sus clases del 10.º grado eran virtuales y había comenzado a intercambiar mensajes de texto con sus amigos en lugar de hablar con ellos. Su ansiedad le provocaba dolores de cabeza, insomnio y la extraña sensación de que vivía fuera de su cuerpo. Luego, empezó a ver videos en TikTok sobre el trastorno de despersonalización, un tipo de trastorno disociativo que puede hacer que la gente se sienta desconectada, como si su cuerpo estuviera separado de sus pensamientos, casi como si estuviera en un sueño.
“Yo tengo eso”, recuerda haber pensado. Pero la enfermedad mental no era algo de lo que soliera hablar con sus amigos o su familia. No le contó a nadie su revelación. “Tenía tan metido en la cabeza que me estaba pasando algo”, agregó.
En años recientes, las charlas sobre salud mental han proliferado en las redes sociales, sobre todo en TikTok, donde el formato permite videos personales fácilmente digeribles que aparecen en un canal algorítmico interminable. Y para aquellos que investigan sobre diversos trastornos, es cada vez más fácil encontrar definiciones abreviadas y cuestionarios de autoevaluación en línea. Aunque esta abundancia de recursos no filtrados puede servir para reducir el estigma asociado a las enfermedades mentales, tiene sus inconvenientes.
Varios profesionales de la salud mental afirman que están observando un aumento de adolescentes y adultos jóvenes que se autodiagnostican enfermedades mentales —incluidos trastornos poco frecuentes— después de buscar más sobre dichas enfermedades en línea. En algunos casos, esta transformación puede hacer que consigan la ayuda que necesitan, pero también podría ocasionar un diagnóstico equivocado, que eviten una valoración profesional y que acepten un tratamiento ineficaz o inadecuado. ‘Es muy fácil diagnosticarse mal’
TikTok es uno de los dominios más populares del internet, en particular entre los adolescentes y los adultos jóvenes y sus algoritmos suelen mostrar contenido similar a lo que las personas han visto en el pasado (los usuarios de Instagram y Facebook también ven este tipo de contenido a través de la función Reels). El formato —videos en bucle que suelen durar menos de un minuto— no deja mucho espacio para los matices. Quienes buscan información sobre salud mental encontrarán a lo mucho una lista de síntomas.
Pero parte de lo que hace que el diagnóstico sea tan complicado es que el mismo trastorno puede manifestarse de maneras muy distintas en un niño, un adolescente y un adulto; en otras palabras, la misma lista de síntomas no es válida para todos los grupos de edad.
“Es muy fácil diagnosticarse mal”, comentó Mitch Prinstein, director de ciencias de la Asociación Estadounidense de Psicología. “Puedes tener síntomas que se parezcan a lo que sería la depresión de un adulto, pero en el caso de un niño o adolescente podría muy bien significar algo totalmente distinto”.
En ocasiones también es difícil estar consciente de ciertos síntomas, dijo, y estos en realidad deben ser observados objetivamente por una tercera persona.
Los terapeutas deben ver la gama de experiencias que un paciente tiene, el momento y el tiempo en que aparecen los síntomas. ¿Son personas funcionales? ¿Cómo duermen, comen, se relacionan con los demás? ¿Cómo andan de su estado de ánimo y su motivación?
El viernes, un vocero de TikTok declaró: “Animamos encarecidamente a las personas a que busquen asesoría médica profesional si necesitan apoyo”, y agregó que la empresa sigue invirtiendo en educación digital para ayudar a las personas a evaluar el contenido en línea.
Sara Anne Hawkins, terapeuta matrimonial y familiar con licencia para ejercer en Minneapolis, comentó que tres de sus pacientes jóvenes le dijeron hace poco que tienen misofonía, una afección que hace que las personas se irriten al escuchar los sonidos que hacen otras personas, como masticar o respirar.
“Están buscando síntomas, dicen: ‘Dios mío, encontré esto en Tik Tok y tengo esto, ¿verdad?’”, comentó.
Resultó que solo una de sus pacientes tuvo ese trastorno. Sin embargo, eso les permitió a las tres hablar de sus sentimientos de enojo e irritabilidad.
“Creo que los jóvenes pueden saber que no están inventando algo, o que no está todo en su cabeza y pensar: ‘Ah, hay otras personas también se sienten así’”, dijo. Pero, añadió Hawkins, “un poco de información puede ser peligrosa”.
‘Es tan fácil convencerse’
El hijo de Hawkins, Ronan Cosgrove, de 16 años, quien está en TikTok desde hace cuatro años, dijo que entre algunos de sus pares se ha puesto de moda identificarse con un trastorno de salud mental. Agregó que ahora lo consideran un rasgo de personalidad en lugar de algo que quieren sanar.
“En TikTok dicen: ‘Ah, miren, tengo esto y vean qué tranquilo estoy’ y luego los demás sienten admiración por ellos y eso es tan sesgado y no es la realidad”, explicó Ronan. “Es tan fácil convencerse”.
Los niños están buscando una comunidad y recurren a su lucha actual con los síntomas de salud mental como una forma de encontrar personas afines, usando en ocasiones sus síntomas como algo de lo que se sienten orgullosos o como una forma abreviada de explicarse a los demás, manifestó Prinstein.
Y algunos adolescentes quizá buscan información sobre salud mental en internet porque los adultos de su vida no están dispuestos a hablar de ello.
“Es tan desalentador”, agregó el experto.
Un estudio publicado en marzo analizó 100 videos en TikTok con la etiqueta #saludmental que en conjunto tenían más de mil millones de vistas. Mostró que los adolescentes parecen estar recurriendo a TikTok como fuente de apoyo y que los consejos que allí se dan se basan en gran medida en las conversaciones de los usuarios.
“Una gran preocupación es que los adolescentes se estén diagnosticando a sí mismos y aplicando tratamientos erróneos en ausencia de conocimiento profesional”, afirmó Corey H. Basch, profesora de Salud Pública de la Universidad William Paterson de Nueva Jersey y autora principal del estudio. Y a veces sucede que los adolescentes se encuentran con información o relatos inexactos que promueven un comportamiento dañino, como cortarse, o que desencadenan a los que tienen problemas, añadió.
Por otro lado, añadió, encontrar una comunidad positiva y solidaria en internet es muy útil, en particular para aquellos que están marginados o que no tienen acceso a recursos de salud mental. ‘No eres tu diagnóstico’
Si un adolescente acude a sus padres para hablar de algo que vio en TikTok u otra plataforma de redes sociales, lo mejor es mantenerse abierto y curioso, dicen los expertos.
“Hay que tomarlo como una oportunidad para involucrarse y averiguar más sobre tu adolescente y algunos de los desafíos y luchas por los que atraviesa tu adolescente”, comentó Anish Dube, director del Consejo sobre Niños, Adolescentes y sus Familias de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA, por su siglo en inglés). “¿Qué es lo que les gustan de esta persona o página que están siguiendo? ¿Con qué se identifican? ¿Qué es lo que les preocupa?”.
A menudo, la información presentada en las redes sociales es inexacta o demasiado simplista, por lo que Dube también recomendó dirigir a los niños hacia fuentes confiables como el directorio de temas de salud mental de la APA, que también está disponible en español, y la página de recursos para familias y jóvenes de la Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente.
En un entorno universitario, suele pasar que los estudiantes buscan un diagnóstico a fin de recibir servicios o alojamiento, comentó Seli Fakorzi, directora de operaciones de salud mental de TimelyMD, un proveedor virtual de atención médica que brinda servicios a más de 1,5 millones de estudiantes en más de 230 campus universitarios.
Pero agregó que hay quienes solo quieren descubrir por qué se sienten tan distintos “o qué me iguala con otras personas que conozco que batallan con lo mismo”.
Hawkins comentó que también es importante ayudar a los niños a entender que “no eres tu diagnóstico, solo es una parte de lo que tienes”.
“El diagnóstico es un punto de partida para entender. No es la meta”, concluyó. Aunque las redes sociales pueden ayudar a las personas a sentirse menos solas, usarlas para evaluar los síntomas tiene varias desventajas. (Nathalie Lees/The New York Times)