Las pruebas de detección de enfermedades crónicas como la diabetes o la enfermedad del hígado graso podrían ser algún día tan sencillas como controlar la temperatura de la nariz, los ojos o las mejillas.
La temperatura de diferentes partes de la cara se asocia con varias enfermedades crónicas, informaron los investigadores en la edición del 2 de julio de la revista Cell Metabolism.
Armados con una cámara térmica impulsada por IA, los médicos podrían algún día usar este enfoque simple para detectar enfermedades antes en los humanos, dijeron los investigadores.
"El envejecimiento es un proceso natural", dijo la investigadora Jing-Dong Jackie Han , de la Universidad de Pekín en Pekín, China, en en un comunicado de prensa recogido por HealthDay News.
“Nuestra herramienta tiene el potencial de promover un envejecimiento saludable y ayudar a las personas a vivir libres de enfermedades", añadió la científica.
El equipo de investigación había utilizado previamente la estructura facial para estimar qué tan lento o rápido envejece el cuerpo de una persona, en relación con su edad real.
Para este esfuerzo, analizaron la temperatura facial de más de 2.800 chinos de entre 21 y 88 años para ver si esas lecturas podrían usarse para juzgar su salud.
Los investigadores introdujeron los datos de las personas en un programa de inteligencia artificial, que identificó regiones faciales clave donde las temperaturas estaban significativamente relacionadas con la edad y la salud.
Los trastornos metabólicos como la diabetes y la enfermedad del hígado graso causan temperaturas más altas en el área de los ojos en relación con las personas sanas, según muestran los resultados.
Del mismo modo, la hipertensión provoca temperaturas elevadas en las mejillas, señalaron los autores.
Los investigadores sospechan que este aumento de la temperatura alrededor de los ojos y las mejillas es causado por la inflamación relacionada con enfermedades crónicas.
Esa inflamación hace que la temperatura de las personas aumente en áreas faciales específicas, creando un "reloj térmico" que se puede usar para detectar enfermedades.
"El reloj térmico está tan fuertemente asociado con las enfermedades metabólicas que los modelos anteriores de imágenes faciales no podían predecir estas afecciones", dijo Han.
Como siguiente paso, los investigadores realizaron un experimento para ver si un hábito saludable podría influir en el reloj térmico de una persona.
Hicieron que 23 participantes saltaran la cuerda al menos 800 veces al día durante dos semanas. Para su sorpresa, los investigadores encontraron que estas personas redujeron su edad térmica en cinco años a través de esa breve ráfaga de ejercicio.
A continuación, el equipo planea ver si las imágenes faciales térmicas se pueden usar para diagnosticar otras enfermedades, como trastornos del sueño o problemas cardíacos.
"Esperamos aplicar las imágenes termofaciales en entornos clínicos, ya que tienen un potencial significativo para el diagnóstico y la intervención tempranos de la enfermedad", dijo Han.