El aislamiento social y la soledad ponen a las personas en un riesgo un 30 por ciento más alto de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular (ACV) o muerte por una de estas dos causas, advierte una nueva declaración científica de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association, AHA), recogida por HealthDay News.
La declaración también resalta la falta de datos sobre intervenciones que pudieran mejorar la salud cardiaca de las personas aisladas o solas.
"Más de cuatro décadas de investigación han demostrado de forma clara que tanto el aislamiento social como la soledad se asocian con unos resultados de salud adversos", señaló la Dra. Crystal Wiley Cené, que dirigió al equipo que redactó la declaración. "Dada la prevalencia de la desconexión social en todo EE. UU., el impacto de salud pública es bastante significativo".
Casi una cuarta parte de los adultos de EE. UU. de a partir de 65 años están socialmente aislados, y hasta un 47 por ciento quizá se sientan solos, según la AHA. El riesgo aumenta con la edad, debido a factores como la jubilación y la viudez.
Pero una encuesta de la Universidad de Harvard sugiere que la generación más solitaria es la generación Z, de 18 a 22 años, que también podrían ser los más aislados. Un motivo posible es que pasan más tiempo en las redes sociales y menos tiempo implicados en actividades significativas en persona.
Y la pandemia parece haber empeorado las cosas entre los adultos más jóvenes y los mayores, además de las mujeres y los pobres.
"Aunque el aislamiento social y sentirse solo se relacionan, no son lo mismo", aclaró Cené, administradora principal de igualdad, diversidad e inclusión en la salud de University of California San Diego Health. "Los individuos pueden llevar una vida relativamente aislada y no sentirse solos, y, al contrario, las personas con muchos contactos sociales podrían de cualquier forma experimentar soledad".
El aislamiento social es tener un contacto presencial poco frecuente con las personas para las relaciones sociales, por ejemplo familiares, amigos o miembros de la misma comunidad o grupo religioso. La soledad es cuando uno se siente solo o que tiene menos conexiones con los demás de lo que desea.
Para investigar la relación entre el aislamiento social y la salud del corazón, los vasos sanguíneos y el cerebro, el grupo redactor revisó la investigación sobre el aislamiento social hasta julio de 2021. La revisión encontró que:
· El aislamiento social y la soledad son factores frecuentes, pero poco apreciados, que afectan al corazón, los vasos sanguíneos y el cerebro.
· La falta de conexiones sociales se asocia con un riesgo más alto de muerte prematura por cualquier cosa, en particular entre los hombres.
· Las personas con menos conexiones sociales eran más propensas a exhibir síntomas físicos o estrés crónico. El aislamiento y la soledad se vinculaban con una mayor inflamación.
· Al evaluar los factores de riesgo del aislamiento social, es importante recordar que la depresión puede provocar aislamiento, y que el aislamiento puede aumentar las probabilidades de depresión.
· El aislamiento social en la niñez se vincula con unos mayores factores de riesgo para la salud del corazón, entre ellos la obesidad, la hipertensión y unos niveles elevados de azúcar en la sangre.
· El transporte, la vivienda, la insatisfacción familiar, la pandemia y los desastres naturales son algunos de los factores sociales y ambientes que tienen un efecto en las interacciones sociales.
"Hay fuertes evidencias que vinculan el aislamiento social y la soledad con un aumento en el riesgo de una peor salud cardiaca y cerebral en general, pero los datos sobre la asociación con ciertos resultados, como la insuficiencia cardiaca, la demencia y el deterioro cognitivo, son escasos", comentó Cené.
Las evidencias más fuertes apuntan a una conexión entre el aislamiento social, la soledad y la muerte por enfermedad cardiaca y ACV, con un riesgo un 32 por ciento más alto de ACV y muerte por ACV y un riesgo un 29 por ciento más alto de ataque cardiaco.
"El aislamiento social y la soledad también se asocian con un peor pronóstico en los individuos que ya tienen enfermedad de la arteria coronaria o ACV", dijo Cené.
Junto con unas conductas que tienen un efecto nocivo en la salud del corazón y el cerebro, el aislamiento y la soledad se vinculan con unos niveles más bajos de actividad física y una ingesta más baja de frutas y verduras reportados por la misma persona. Además, numerosos estudios de gran tamaño han encontrado unos vínculos significativos entre la soledad y unas mayores probabilidades de fumar.
"Hay una necesidad urgente de desarrollar, implementar y evaluar programas y estrategias para reducir los efectos negativos del aislamiento social y la soledad en la salud cardiovascular y del cerebro, en particular entre las poblaciones en riesgo", planteó Cené en un comunicado de prensa de la AHA.
Comentó que los profesionales clínicos deben preguntar a los pacientes sobre su actividad social, y si están satisfechos con su nivel de interacción con amigos y familiares.
"Deben estar preparados para remitir a las personas con aislamiento social o soledad (en particular a las que tengan un historial de enfermedad cardíaca o ACV) a recursos comunitarios para ayudar a conectarlos con los demás", añadió.
Los autores dijeron que se necesita más investigación para comprender cómo el aislamiento afecta a la salud del corazón y del cerebro en los niños y los adultos jóvenes; en las personas de grupos raciales y étnicos poco representados; en las personas LGBTQ; en las personas con discapacidades físicas o auditivas; en las de áreas rurales; y en las personas con unos recursos limitados.
La declaración anotaba que los estudios sobre las personas mayores han encontrado que las intervenciones que abordan los pensamientos negativos y la autoestima baja, además de los programas de ejercicio y actividades recreativas en los centros de personas mayores, se han mostrado promisorios para reducir el aislamiento y la soledad.
"No está claro en realidad cuál de los dos, estar aislado [el aislamiento social] o sentirse solo [la soledad], es más importante para la salud cardiovascular y del cerebro, porque pocos estudios han examinado ambos en la misma muestra", dijo Cené, y añadió que se necesita más investigación.