Investigadores de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) lideraron el estudio 'CORDIOPREV', que demuestra que la dieta mediterránea reduce de forma drástica la probabilidad de volver a tener un evento cardiovascular mayor en pacientes que ya han sufrido uno y que presentan manifestaciones clínicas de enfermedad cardiovascular o coronaria.

Es decir, el estudio, publicado en la revista científica 'The Lancet', una de las más importantes a nivel internacional, apunta que un modelo de alimentación mediterránea evita 1 de cada 4 eventos cardiovasculares en pacientes ya tratados, los de mayor riesgo.

Y se trata de eventos clínicamente muy graves, como una muerte súbita, un infarto agudo de miocardio, un accidente cerebrovascular, la necesidad de ser sometido a cirugía o a procedimientos percutáneos de revascularización coronaria, o incluso episodios de isquemia de extremidades inferiores.

La investigación se realizó en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, sobre una muestra de 1.002 pacientes con enfermedad coronaria establecida de entre 20 y 76 años. Es el único ensayo en los últimos 23 años que prueba científicamente el valor de la dieta mediterránea en la prevención secundaria cardiovascular.

Una parte de la muestra mantuvo a lo largo de 7 años un modelo de alimentación basado en la dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen, y el resto siguió una dieta baja en grasas y rica en hidratos de carbono complejos.

"Aunque ambos modelos de alimentación pueden ser considerados cardiosaludables, 'CORDIOPREV' ha demostrado que precisamente es el modelo de alimentación mediterránea el que reduce en mayor medida la probabilidad de volver a tener un nuevo evento cardiovascular", explica el doctor José López Miranda, investigador principal del estudio.

Supuso una reducción de hasta el 26,6 por ciento, comparado con el modelo de dieta baja en grasas. Esta cifra aumenta hasta el 33 por ciento entre los pacientes varones.

"Cuando empezamos el estudio 'CORDIOPREV', si tratábamos bien a los pacientes que ya habían sufrido un evento cardiovascular, la tasa de recurrencia era de un 33 por ciento. Con la dieta baja en grasa se reduce a un 23 por ciento, pero es que con el modelo de alimentación mediterránea se ha reducido a un 17 por ciento", detalla López Miranda.

Estas cifras refuerzan el valor de la dieta mediterránea. Era ya conocida su capacidad de prevención cardiovascular primaria (en pacientes sin eventos previos) de hasta un 30 por ciento, pero ahora queda demostrada su extraordinaria eficacia también en la prevención secundaria de pacientes ya tratados.

Y no solo eso, sino que también se demuestra de gran efectividad en el control de la arteriosclerosis. "Con el modelo de alimentación mediterránea se induce un proceso de regresión o de estancamiento de la arteriosclerosis, cosa que no ocurre, o ocurre en menor medida, con la dieta baja en grasas rica en hidratos de carbono complejos", argumenta López Miranda.

PAPEL CLAVE DEL ACEITE DE OLIVA VIRGEN

El modelo de alimentación mediterránea a que hace referencia el estudio 'CORDIOPREV' está basado en un amplio consumo de cereales integrales, frutas, verduras, legumbres, pescado de todo tipo con preferencia del pescado azul, y cuyo eje graso fundamental y casi exclusivo es el aceite de oliva virgen.

Es un modelo de alimentación rico en grasas monoinsaturadas: entre un 35 y 40 por ciento de las calorías totales proviene de grasas, de las cuales aproximadamente un 20 por ciento corresponden a la grasa monoinsaturada del aceite de oliva virgen.

Con información de Europa Press