La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció este miércoles la precalificación del primer autotest de diagnóstico de la hepatitis C, una de las formas más graves de la enfermedad, algo que abre la puerta a su distribución a las redes sanitarias en todo el mundo, incluidos países en desarrollo.
El test, denominado OraQuick, es una versión de la prueba de anticuerpos del mismo nombre que la OMS ya había precalificado en 2017, aunque en este caso puede ser realizada por el propio paciente, algo con lo que la agencia sanitaria de la ONU espera “acelerar los esfuerzos globales para eliminar la hepatitis C”.
La OMS calcula que unos 50 millones de personas en el planeta son portadoras del virus de la hepatitis C, pero solo un 36% han sido diagnosticadas y un porcentaje aún menor, del 20%, reciben tratamiento.
La hepatitis C es considerada una de las formas más graves de la enfermedad, ya que puede derivar en formas agudas y crónicas, y en algunos casos en dolencias como cirrosis o cáncer hepático.
El virus de la hepatitis C se transmite por la sangre, en la mayoría de los casos por transfusiones sin las adecuadas medidas preventivas, consumo de drogas mediante jeringuillas o prácticas sexuales que conllevan contacto sanguíneo.
La organización calcula que cada año se producen un millón de nuevas infecciones del virus, y se calcula que este causa unos 242.000 fallecimientos anuales por cáncer de hígado y cirrosis.
Actualmente no existe ninguna vacuna eficaz contra esta forma de hepatitis (sí las hay para otras variantes como la A o la B), mientras que los antivíricos de acción directa pueden curar más del 95% de los casos, aunque el acceso a tratamientos aún es precario en muchas redes sanitarias poco desarrolladas.
EFE