El Gobierno norirlandés, de poder compartido entre protestantes y católicos, ha llegado a un acuerdo para imponer un cerrojazo "muy similar" al del pasado marzo, según explicó este viernes el ministro regional de Sanidad, Robin Swann.
Todas los comercios no esenciales permanecerán cerrados a partir del 26 de diciembre, al tiempo que se impondrá un toque de queda entre las 20.00 y 06.00 horas, cuando se pide a la ciudadanía que no efectúe visitas a otros domicilios.
La hostelería también estará sujeta a los horarios del toque de queda, aunque bares, restaurantes y cafeterías solo podrán ofrecer servicios para llevar durante toda la jornada.
Tampoco se organizarán eventos deportivos, que incluyen a los de deportistas profesionales, y los lugares de culto podrán oficiar servicios con restricciones.
"Con esto queremos subrayar cuán seria es la situación, lo que hemos llegado a pedir a la ciudadanía cuando estamos restringiendo la capacidad de la gente para reunirse en casas después de las ocho de la tarde", afirmó Swann.
Las últimas cifras oficiales indicaron este jueves que se registraron doce nuevos fallecimientos en las 24 horas anteriores, lo que dejó el número de muertes en 1.154, al tiempo que se detectaron 656 nuevos contagios, hasta un total de 60.287.
Según las autoridades sanitarias norirlandesas, los hospitales de la región están a punto de colapsarse y ya están operando por encima de sus capacidades.
Ocho de los doce principales hospitales de la provincia ya no tenían ayer camas disponibles, pues han destinado recursos para atender a 460 pacientes ingresados con covid-19, 26 de los cuales están en cuidados intensivos y 32 necesitan respiración asistida.
Con información de EFE